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Como un buen desayuno

Qué importante es tener en tu equipo a un buen portero. Un portero capaz de decidir partidos, eliminatorias, ligas incluso… Pero claro, eso es lo que todos quieren. El portero, ese rol dominante en su área y más territorial que un elefante, un jerarca absoluto. Es justamente ese poder, y a la vez responsabilidad, la que hace que muchos de ellos terminen siendo líderes. A eso súmale que su ubicación en el campo es privilegiada a la hora de observar la organización y coordinación del equipo y cada vez ese buen portero es más necesario.

En la mayoría de equipos, el rol de portero se reduce a parar balones para enviarlos en largo o servírselo a un central y que se busque la vida. Aunque cada vez más, pocos son los porteros obligados a participar activamente en la salida de balón, jugando con los pies como si fueran uno más. En parte, también es algo lógico pues suele ser una característica de la que no todos gozan y, puestos a cometer un error en salida de balón, mejor que sea cualquier otro porque te condenas. Pero existe una serie de porteros que dominan esta característica como si nada, se visten de Toni Kroos y reparten juego oxigenando la salida de balón y favoreciendo la aparición del ansiado ‘hombre libre’.

En su época como jugador, Pep Guardiola repartía juego desde la posición de pivote, una demarcación que debe dominar ciertas características. En su época como entrenador, el catalán tiene la firme idea de inculcarle algunas de esas características a sus porteros. Históricamente, los guardametas que han estado bajo sus órdenes han sido así. Empezando por Víctor Valdés, un portero al que se le recuerdan errores históricos propiciados por el atrevimiento. Valdés no se escondía. Con el tiempo mejoró y fue clave en muchas ocasiones gracias a su juego de pies.

La siguiente parada de Guardiola fue Múnich. Allí se encontró con uno de los mejores porteros del mundo y de la historia: Manuel Neuer. Un revolucionario de la posición de guardameta gracias, en gran parte, a su juego de pies. Neuer es uno de esos porteros que no tiene miedo a abandonar el área en ocasiones sin peligro pues tiene mucha confianza en sí mismo. Sin duda, una bestia bajo palos con una salida de balón prodigiosa.

Cómo no, en el actual equipo de Pep, el Manchester City, podemos encontrar a otro gran portero con esta capacidad. Ederson es un guardameta que se ofrece continuamente en busca de alternativas para la salida de balón y es muy capaz de superar líneas rivales con un pase. También tiene una gran visión de juego que le permite ver desmarques de sus atacantes para sorprender con pases muy verticales.

Pese al altísimo nivel de estos porteros, creo que todos estaremos de acuerdo en que, a la hora de jugar con los pies, no hay otro como Marc-André ter Stegen. Rey absoluto en la salida de balón y pieza fundamental del FC Barcelona. Pese a que no está en su mejor momento de forma, personalmente creo que no hay un mejor guardameta para el estilo de juego que tiene (o debería tener) el Barça. Son varias las ocasiones en que le hemos visto, incluso, dar asistencias a sus compañeros con pases directos. Griezzman y Luis Suárez saben lo que se siente.

Ter Stegen jugando el balón ante la presión de Iñaki Williams. (Ter Stegen)

Igual de necesario que un buen desayuno para comenzar el día, la capacidad de un portero para jugar con los pies, reconocer al hombre libre, abrir a banda o enviar pases largos precisos, es algo fundamental. Evidentemente depende el estilo de juego de cada equipo, pero es una característica que siempre se agradece. Que no quepa duda de que, con los años y gracias a porteros como los mencionados aquí, todos los buenos porteros sabrán jugar con los pies como si fueran un mediocampista más. Al fin y al cabo, es una característica más que debe tener un portero total.

Imagen de cabecera: Marc-André ter Stegen

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