Curiosa situación vista en Corea del Sur. El colegiado señaló penalti, y el portero rival decidió que era buen momento de destrozar la superfície del punto de penalti. El protagonista fue el portero Lee Bum-young, del Busan Ipark, quien consiguió salirse con la suya, ya que el jugador rival lanzó defectuosamente el balón, fallando el penalti. Una pillería que le salió bien, pero con malas artes.