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Peke se hace grande

Ainize Barea (Arrigorriaga, Vicaya; 1992) iba mucho de pequeña a Galicia. Allí vivían sus abuelos, en la pequeña aldea de Oza de los Ríos, a tan solo 24 minutos de A Coruña. A la capital sólo iba de compras y poco más. Uno podría pensar muchos años después que su sueño pasa por jugar en el Athletic, quien ya tocó a su puerta el pasado verano con un ‘no’ por respuesta. O en el Real Madrid, el equipo de su vida, que por fin cuenta con sección femenina tras la absorción del CD Tacón. Pero ahora, cosas de la vida, Ainize no se ve en otro equipo que no sea el de su abuelo, el Deportivo de la Coruña.

Y es que ‘Peke’ (apodada así por sus 1,53 de altura y por las otras dos Ainizes con las que jugaba en el modesto CD Ugao) ha dado un giro de 360 grados a su carrera de la mano del cuadro coruñés, que se fijó en ella en el verano de 2017. Entonces el Deportivo afrontaba su segunda temporada tras la refundación, llevada a cabo tras una recogida de firmas en la que colaboró la mismísima Vero Boquete. Dirigidas por Manu Sánchez, lograron un meritorio segundo puesto que se repitió un año después, ya con Ainize en sus filas. 

Dos años seguidos a las puertas del play-off de ascenso fueron dos finales demasiado frustrantes para un equipo con ambiciones mayores. Así que un año después hicieron historia con el ascenso a Primera Iberdrola con 25 victorias en 26 jornadas y la friolera de 150 goles. Luego derrotó a Alhama y al Fermanguín con una superioridad aplastante para pisar la máxima competición española por primera vez, algo que no pudo hacer un Karbo Deportivo (considerado el primer campeón nacional al ganar las tres primeras Copas de la Reina) que desapareció el mismo año de la creación del torneo.

Gran partícipe del éxito fue por supuesto una ‘Peke’ que anotó 30 goles a lo largo del curso, formando una pareja temible junto a Gaby (31 goles). Precisamente la venezolana asistió a la vasca para abrir el marcador en la final por el ascenso. En la vuelta, Gaby firmó dos más y Peke uno para un 1-4 que todavía se recuerda con entusiasmo en Abegondo. Ni siquiera la propia Ainize podía imaginar cómo le cambiaría la vida dos años antes, cuando fichó procedente del Santa Teresa. Entonces nunca había jugado en Segunda y se acababa de recuperar de una lesión de ligamento cruzado que le había lastrado enormemente. Llegué con la sensación de que nunca iba a volver a ser la misma. De que nunca iba a disfrutar como disfrutaba antes (…) Gracias al Dépor he recuperado la sensación de que juego porque me gusta esto, contó en una entrevista con La Voz de Galicia.

Menos todavía soñaba con una temporada tan espectacular del Deportivo en su primera experiencia en la élite. Fue colíder durante gran parte del campeonato y ahora es quinto, a solo dos del Athletic (4º) y con la permanencia más que resuelta tras dejar el descenso a 15 puntos. Como si el paso entre categorías no fuera abismal, la dupla Peke-Gaby sigue siendo temible en los campos de Primera Iberdrola. Entre las dos han anotado 20 goles, 11 de ellos la jugadora de Arrigorriaga, que volvió a dar un golpe sobre la mesa con un hat-trick ante el vigente campeón de Copa, la Real Sociedad, el pasado miércoles. No era el primer triplete que hacía en Primera: ya firmó uno ante el Fundación Albacete en 2016, que al igual que en Zubieta, solo valió para sumar un punto.

Días antes ya había aniquilado al Valencia en Copa de la Reina con cuatro goles en un histórico 7-2. Sus espectaculares números le han convertido, sin duda, en la máxima goleadora de la corta historia del club, pero la cifra parece de alguien que lleva jugando siete u ocho años en el mismo equipo: 71 tantos desde su fichaje por el Dépor. Tras la rotura de ligamento solo pudo marcar uno en 22 partidos con el Santa Teresa. Tres años después se codea con Jennifer Hermoso, Asisat Oshoala o Nahikari García como una de las mejores arietes del torneo. Vive un momento muy dulce, más si cabe tras renovar hasta 2023 con la entidad blanquiazul a principios de febrero, antes de anotar siete goles en dos partidos que nunca olvidará. A sus 28 años, afronta un tramo de su carrera que, si le respetan las rodillas, puede marcar época. Grande, Peke.

Foto: www.rcdeportivo.es

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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