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Paris, je t'aime

De sueño en sueño y tiro porque me toca. Lo han hecho; han certificado su pase a la final de la primera Nations League femenina y su billete para disputar por primera vez unos Juegos Olímpicos. La selección tomó carrerilla para impulsarse en cada uno de sus saltos y no deja de superarse. Esto no hay quien lo pare.

Probablemente, nos han malacostumbrado y nos hemos viciado a dar muchas cosas por hechas cuando hablamos de ellas. La realidad es que si miramos con perspectiva todo lo andado, su valor solo puede multiplicarse. Porque cuando la selección aterrizó en su primer Mundial en 2015, solo dos citas antes de nuestra estrella, se evidenció la falta de preparación y apoyos. Porque cuando Irene Paredes fue la primera española en ser incluida en el once ideal de FIFPro no nos podíamos imaginar que cinco años más tarde España pondría su nombre en lo más alto.

De la inexperiencia, y los nervios, de las primeras veces, a empezar a jugar de tú a tú a las máximas potencias. Si todo esto se ha dado es porque ellas creyeron en sí mismas más que nadie. Las categorías inferiores cosecharon un listado de triunfos relevantes. Los nombres de nuestras futbolistas empezaron a tomar mayor notoriedad. Alexia Putellas y Aitana Bonmatí reinaron las galas del olimpo balompédico. Del gol de Vicky Losada en el estadio Olímpico de Montreal ante Costa Rica al de Olga Carmona en el Acoor Stadium de Sydney frente a Inglaterra.

El sueño de París es un triunfo de todas; de las que fueron pioneras, de las que empezaron a tejer logros, de las que están rubricando éxitos y, sobre todo, dejando un importantísimo legado para las que vendrán. Las nuevas generaciones ya tienen referentes, las niñas verán a las nuestras pelear por una medalla olímpica.  

El filme ‘Paris, je t’aime’ es una clara evidencia al romanticismo de la capital francesa, que respira el amor en todas partes. A los pies de la Torre Eiffel, delante de una copa, detrás de su gastronomía o en el andén del metro. El de los que se resisten a vivirlo, el de los que lo explotan en su máxima expresión, el de los que protegen a sus seres queridos, el de los que se reconcilian, el de los que aceptan un final, el de los que sin verlo ni oírlo pueden sentirlo. El amor, en todas sus formas. El amor propio, el amor por lo que haces, el amor por lo que defiendes, el amor por lo que sueñas. París siempre tendrá un lugar especial para nosotras.

Editora en SpheraSports. Especialista en Scouting y análisis de juego por MBPSchool. Sport Social Media. Eventos Deportivos

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