El proyecto del nuevo estadio de la Roma se ha paralizado. Han pasado dos meses desde que el Comune de Roma (ayuntamiento) recibiera los documentos de aprobación de la idea presentada por el club giallorosso, y de momento la situación no ha cambiado. El motivo, según explica Daniele Frongia, vice-alcalde de la ciudad, es que «el nuevo estadio no tiene nada que ver con el fútbol y por eso no es prioridad«.
Resulta difícil de entender por qué un estadio que será construido integramente por la Roma no tiene mucho que ver con el fútbol, pero la realidad es que, si atendemos al resto de cosas que incluye el proyecto, puede ser cierto. Y es que la idea de la sociedad romana es realizar, por lo que cuenta Frongia, una «intervención urbana en la que la construcción del estadio es sólo una excusa, pues en el proyecto se ha incluido el levantamiento de tiendas, hoteles y restaurantes en los alrededores«. Y va más allá, afirmando que «el estadio sólo representa el 14% de la zona requerida para llevar a cabo el proyecto, quedando el 86% restante para otras necesidades«.
Contratiempo para la Roma
Ante esta situación, el Comune de Roma ha decidido «no valorar este tema de interés público«, dejando aparcados los documentos de aprobación hasta resolver otras cosas que consideran mayor prioridad. No obstante, también han afirmado que «no hay intención de mantener el proyecto más de un minuto de lo necesario encima de la mesa«.
Así las cosas, la decisión final queda en el aire y sin fecha para decidir. Lo que esta claro es que la idea de los giallorossi de jugar en su nuevo feudo en 2016 (primera fecha prevista para inaugurar el estadio) no se verá cumplida. Habrá que ver como se zanja el problema, sin con la aprobación o con el visto bueno a la construcción del estadio, en cuyo caso finalizarían en 2019.
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