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¿Para qué volver? Sobre el Ascenso MX

Eran las 8:50 de la noche del sábado 16 de abril cuando el reloj se detuvo casi por completo. El silencio recorría como aire frío los pasillos que conducen hacia los vestidores visitantes del Estadio Universitario de San Nicolás de los Garza llenando de pena los asientos de los jugadores de Dorados de Sinaloa, equipo que consumó su descenso hacia la segunda división de México.

Con la pérdida de categoría de Dorados se suman 13 ocasiones en las que el “benjamín” de la Primera División nacional desciende apenas en su primer año en el máximo circuito, y es que, el sistema de competencia, la volatilidad del cociente y el abismo que existe entre las dos categorías convierte en una misión imposible mantenerse en primera.

El Ascenso MX es, prácticamente, una división amateur. Año tras año se venden y compran franquicias como artículos en un mercado de pulgas y es un “lujo” encontrar instituciones al corriente con el pago de la nómina de sus activos. Canchas que no son para futbol, largos recorridos en carretera en camiones de segunda, el entrenar en instalaciones inadecuadas y la cero exposición que tiene este circuito hace de la segunda mexicana un infierno del que es difícil salir.

Para ocupar la plaza de Dorados se apuntan Leones Negros, descendido en 2015, Necaxa, Cafetaleros, Celaya, Correcaminos, Mineros y Atlante quienes ingresarán a la recta final del torneo con la firme convicción de ser campeones y así jugar la promoción contra FC Juárez, monarca del Apertura 2015, por un boleto al máximo circuito.

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UdeG, Rayos, Toros, UAT y Potros ya estuvieron en Primera División y parece lógico que dichas escuadras tomen la vacante que ha dejado Sinaloa pero, ¿para qué volver?. Entendiendo que el consuelo de abandonar segunda se refleja en una sustancial mejora en los ingresos y en mejores condiciones de vida para las organizaciones que ascienden, ser el “ascendido” es convertirse en el principal candidato para regresar al averno.

Subir por subir es igual a sufrir. El calvario de estar 12 meses con el agua hasta el cuello buscando puntos que son oxígeno puro no es vivir. Pocos proyectos que ascienden se han consolidado no sin antes batallar para gozar de una estabilidad. León y Tijuana sudaron sangre antes de consagrarse como campeones poco después de subir; Veracruz, Querétaro y Puebla van y vienen cambiando de división y de franquicia cada que pueden.

¿Para qué querrán volver Leones, Necaxa, Celaya, Correcaminos y Atlante si no tienen manera de soportar un proyecto que asegure permanecer, al menos, cuatro temporadas en la máxima categoría? Por lo pronto, soñar no cuesta nada y comenzaremos una nueva lucha entre los que anhelan con abandonar la tumba que se ha convertido la segunda división, al menos, un año completo, apostando porque el que ascienda a finales de mayo sea quien descienda en 2017 y todo vuelva a comenzar en este ciclo sin fin que tiene como única parada la Liga de Ascenso MX.

Monterrey, 1989. Si dirigiera, formaría un 4-2-3-1. En el norte de México, siempre Tigres; en el norte de Londres, Arsenal.

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