Valencia llevaba más de cien años custodiada por los musulmanes, aunque antes de la toma de Cid Campeador, ya llevaban instalados en esas tierras durante siglos. Las tradiciones, la cultura y los hábitos de las gentes que poblaban dichas tierras estaban fuertemente ligadas al reino ‘Taifa de Balansiya’. Pero un hombre llamado Jaime, apodado El Conquistador, francés de nacimiento pero valenciano toda su vida, entró en la capital del Turia como lo había hecho antes en Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera, y besó la tierra que a partir de aquel 9 de octubre de 1238 pasaría a ser suya y de todos los valencianos.
9 de octubre de 2015. Casi 800 años después, un valenciano es invitado a una fiesta que no esperaba. En su equipo espera en segunda fila, ansioso porque no es capaz de aprovechar los insuficientes minutos que le da su entrenador. Ansioso porque el gol, su aliado en tantos momentos en temporadas pasadas, no le está ayudando en uno de los peores inicios del Valencia CF en los últimos años.
Por suerte, otro entrenador, Vicente Del Bosque, todavía confía en él. Y aunque el de Torrent empezaría en el banquillo, el destino quiso que Álvaro Morata, el delantero español más en forma, se lesionara antes del descanso. Paco Alcácer entró en Las Gaunas como el que sabe que tiene una oportunidad que no puede desperdiciar. Y no lo hizo. Su celebración en el primer gol, en un mano a mano tras un pase genial de Cesc, irradia felicidad por los cuatro costados. Sonrisa de oreja a oreja.
Aún daría tiempo para un segundo. Centro de fe de Jordi Alba desde la izquierda, rechace y atento con la lanza para ejecutar y anotar el 3-0. Era su sexto tanto en nueve partidos con la Roja. Máximo goleador nacional en las eliminatorias europeas. Y la sensación de haberse convertido en el rey del mundo. Nada mejor para un delantero desesperado que firmar dos goles. Da igual que fueran a la modesta Luxemburgo. «Lo que está claro es que un delantero cuando tiene una mala racha lo que necesita es volver a hacer un gol… Sea con el culo, de rebote o con la oreja», dijo a los micrófonos de Radio MARCA.
Con permiso de Cazorla, que también hizo un doblete, Paco Alcácer fue el gran triunfador en Logroño, el artífice de una victoria y del pase definitivo hacia la Eurocopa de Francia, donde España defenderá trono el próximo verano. La duda es si Paco, El Conquistador, estará en la punta de ataque. Por entradas triunfales no será.
