Experto: dicho de una persona especializada o con grandes conocimientos en una materia. Estamos hartos de verlos en televisión: unas veces nos cuentan cómo serán las pensiones cuando los jóvenes de hoy sean ancianos; en otras nos comentan quién es el nuevo prócer de la política nacional. Sinceramente, cada día tienen menos importancia. En el fútbol, ese deporte que queremos convertir en una clase de matemáticas, no paramos de hacer afirmaciones para que luego las hemerotecas nos dejen a la altura del betún. El Inter, según muchos, tras las salidas de Romelu Lukaku, Achraf y Antonio Conte no iba a poder luchar por la Serie A. Hoy es líder de la competición más divertida del mundo.
La marcha de su técnico debía dejar un vacío mortal. Debía. Desde el inicio, Simone Inzaghi ha plasmado en el verde una idea parecida a la de su antecesor. Su 5-3-2 y su arriesgada salida de balón invitan al rival a que presionen muy arriba para luego asestar un golpe crítico cuando pican el anzuelo. Dzeko y Lautaro Martínez, una pareja mortífera, disfrutan con el nuevo técnico.
Los nerazzurri, a la chita callando, han conseguido colarse en los octavos de final de la máxima competición continental, son líderes de la liga y también son cuartofinalistas de la copa nacional. Para no ser grandes favoritos este curso, para no ser los mejores, no llevan mal año. Sé que este es un ejemplo más que demuestra que no podemos hacer juicios sobre nada en la vida. Si lo extrapolamos al balompié, que se ríe de nosotros de vez en cuando, todavía menos. Sin embargo, es evidente que en nada volveremos a opinar tranquilamente sobre algo similar. Quizás, lo único que tenemos claro es que los partidos duran 90 minutos. Aunque si el colegiado es el del reciente Túnez-Mali igual ni eso podemos afirmar con rotundidad. “Solo sé que no sé nada”, decía un ínclito filosofo. Hace milenios ya nos llevaban siglos de ventaja.
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