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Levante, especialistas para el ataque

No fue una derrota como locales de las que se han vivido en las últimas temporadas en Orriols. Camino a casa después de caer ante el Celta en el estreno liguero, por lo que le escuchaba a otros aficionados, no fui el único que se marchó con buen sabor de boca después de lo visto en el partido: un equipo que perdió, pero que fue valiente jugando casi todo el partido con un jugador menos y que durante algunos minutos tuvo el partido igualado en el marcador y se vio con el ánimo suficiente com para tratar de voltearlo.

No pudo ser. Queda mucho y seguro que en alguna de estas el resultado no será el mismo de dar continuidad a esa ambición mostrada.

Pero cerrando el apartado de los intangibles, que gusta mucho a la hora de introducir un tema más pesado, lo cierto es que el Levante ha presentado algo muy diferente a lo que se ha visto en los últimos tiempos. Desde su vuelta a Primera, como tantos otros equipos que llegan y saben que son candidatos a volver a Segunda rápidamente, blindas tu centro del campo y tu defensa y tratas de cerrar el equipo con un delantero que sea ‘multiusos’: primer defensor, que juegue de espaldas pero que sea también rápido para contraatacar y, sobre todo, lo que marca la línea entre la salvación o no, que tenga acierto. Felipe Caicedo, Arouna Kone, Obafemi Martins y David Barral. Los puntas que con sus goles y su trabajo han mantenido al Levante en Primera.

 

Pero lo que se ha podido ver durante los partidos de preparación y los buenos minutos ante el Celta ha sido un equipo donde las tareas ofensivas parecen haber sido repartidas entre varios jugadores. La delantera que salió de inicio (y la que parece que lo hará si no hay contratiempos) la formaron dos recién llegados, Deyverson y Ghilas. El brasileño fue la sensación del partido ya no sólo por su lenguaje corporal, que seguro que a más de uno disgustará cuando el equipo viaje fuera, sino por ser un incansable cazador de balones. En cualquier zona del campo. En cualquier situación (al pie, al espacio, para aguantar o para tocar rápido). Es cierto que el acierto en este aspecto no fue el deseado, pero el equipo tocaba con la confianza de que para ‘Dey’ no había balones imposibles.

Y para ‘barrer’ todo lo que peleaba el ex de Benfica aparecía Ghilas. Quizás por eso su aportación no fue tan vistosa como la de Deyverson pero dejó gestos de una verticalidad necesaria para un equipo que siempre vivirá en urgencias. Hasta técnicamente se le vio atrevido.

No acabó todo ahí. Los cambios en busca de un gol más fueron las entradas de Morales, Casadesús y Rubén, jugadores de marcado corte ofensivo sin sacar a los dos puntas iniciales, con todo el Levante, sin desorganizar demasiado al equipo juntó cuatro o cinco perfiles de jugadores de ataque en busca de un resultado: un delantero boya, un potente finalizador, dos jugadores para desbordar y un llegador con visión de juego (entiende, lector, el contexto de estas descripciones ajustado a la realidad del Levante).

 

La idea final de estas líneas es hacer un breve análisis de cómo el Levante ha pasado de confiarlo todo a la forma y acierto de un delantero (dos a lo más) a tener varios perfiles de atacantes que, para situaciones concretas, pueden actuar de manera conjunta. Una riqueza ofensiva para la que habría que viajar muy atrás en el tiempo para poder encontrar una igual en este equipo.

La duda, en cuanto a esta línea del equipo, es saber cuánto tardarán en asentar el trabajo del día a día para que el acierto se vea reflejado en el campo. Si esto llega pronto, seguro que no se sufrirá tanto como el curso pasado para cumplir el objetivo.

Ni 'analista', ni 'parabólico', ni 'especialista', ni 'experto', ni 'periodista'. Me gusta hablar de fútbol y ya está. Opino y comparto enlaces. Colaboro en el This is Fútbol de COPE.

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