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Champions League

Noche de terror

Ayer se confirmó la tragedia: FC Barcelona y Atlético de Madrid no jugarán los octavos de final de la Champions League. Se ratificó, claro está, el fracaso de LaLiga en la máxima competición continental, que solo tendrá un representante entre los 16 mejores. Pese a ello, Xavi Hernández no quiso admitir del todo que este es un descalabro que será recordado durante mucho tiempo. Anoche era un gran momento para mostrar una actitud irreverente ante una situación irreversible, pero los anfitriones estuvieron a merced de un Bayern FC que pudo marcar más goles. La conclusión del técnico es que “la eliminación previa había pesado”. Debe ser que jugar bien dependía ahora del Viktoria Plzeň.

Pedri, por ejemplo, sí que fue mucho más contundente en la zona mixta. El centrocampista culé, perdido en la banda todo el envite, admitió que este conjunto “no está preparado para ganar la Champions”. La opinión contrasta con el gran dispendio de los azulgranas, que tendrán que volver a decir que los jueves son los nuevos miércoles. Por lo menos hasta junio. El gran objetivo, ahora mismo, es no vivir otro descalabro como el del curso pasado: el de caer en tu campo, por muchos goles, con tu grada llena de visitantes.

Y si los del Camp Nou arrancaban el día visualizando la eliminación, en el Wanda Metrpolitano la crueldad compareció de mala manera. Los colchoneros, tras una fase de grupos desastrosa, debían ganar para seguir con vida. Sin embargo, los errores provocaron que el Leverkusen pusiera nervioso al coliseo madrileño. La inquietud se multiplicó ya que sucedió algo que es ya historia del balompié: el árbitro pitó el final, pero el VAR reclamó que pitara una mano en el área de los alemanes. Ya sonaba el himno y Simeone se despedía. Estábamos viviendo cómo un equipo resucitaba.

Carrasco, tras discutir con João Félix, decidió ser el responsable del destino de la entidad. En juego, en ese lanzamiento, estaban los próximos meses del equipo. Deportiva y económicamente. El belga no fue capaz de anotar y posteriormente se dio una concatenación de desgracias: Saúl falló un remate claro de cabeza y Carrasco terminó despejando un remate de Reinildo que iba a gol. Se quedó tan destrozado que no reaccionó al lamentable gesto de Bakker, que lo celebró en su cara. Creedme que en el fútbol todo vuelve y es bastante probable que, tarde o temprano, acabe llegando ese plato que se sirve bien frío: la venganza. De momento, solo toca llorar.

Imagen de cabecera: @FCBarcelona_es

Martorell (Barcelona), 1996. Periodista freelance. Amante del fútbol y loco por la Premier League. En mis ratos libres intento practicarlo.

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