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Neymar Jr, magia y sonrisa 3.0

Brasil y el fútbol. La perfección de un juego creado por ingleses. El baile con el balón. Capoeira, samba, Jogo Bonito. Desde las favelas hasta Maracaná. Todo niño brasileño ansía salir de la escuela para ir a jugar. No hay distinción de clases, no importa el calzado, ni el piso, ni el clima, tan solo hace falta una pelota. Es mucho más que un juego; es la ilusión de toda una familia, de todo un país. Los brasileiros entienden este deporte como suyo. Cinco campeonatos del mundo lo respaldan. Muchos se han convertido en grandes estrellas en Europa, y, algunos de los más importantes en Barcelona.

Desde Fausto Dos Santos, en 1931, hasta Douglas, en 2014, 30 han sido los brasileños que han aterrizado en Can Barça. Éxitos y fracasos. Algunos no llegaron ni a debutar, véase Keirrison o Henrique. Otros cumplieron su función con creces como Dani Alves o Belletti. También hubo hueco para promesas que no llegaron a realidad, nefastas esperanzas depositadas en precoces jugadores como Geovanni o Thiago Motta. Pero en cambio, otros, marcaron una época. Romario, Rivaldo o Ronaldinho enamoraron a la afición culé. Ahora es el turno de uno de los futbolistas más prometedores del panorama mundial: Neymar Júnior.

El Barça fichó a Romario en 1993 procedente del PSV por una cantidad aproximada de 550 millones de pesetas (unos 3 millones y medio de euros). El díscolo jugador prometió 30 goles en Liga y lo cumplió. Dos temporadas, buen rendimiento y goles. Para recordar siempre su famosa “cola de vaca” en el clásico que finalizó con 5-0 en el Camp Nou. Anotó 51 goles en 76 partidos como culé. Un promedio de 0.67 goles por partido.

Otro brasileiro también llegado del PSV fue Ronaldo. El club blaugrana desembolsó una cantidad elevada por aquel entonces, 2.500 millones de pesetas (unos 15 millones de euros). Tan solo disputó una temporada con el Barça, la 96-97, pero anotó la friolera de 47 goles en 49 partidos, una descomunal media de 0.97 goles por partido. Un futbolista excepcional que el club no supo cuidar y retener más años. Tal vez así se podría haber evitado su posterior fichaje por el eterno rival. Su gol al Compostela no lo olvidará nadie, exhibición de potencia y regate.

El fichaje de Giovanni, apodado el “nuevo Pelé”, ilusionó a la afición con otra estrella “canarinha”, sin embargo no cumplió las expectativas creadas y pasó por Barcelona sin pena ni gloria. Al igual que sucediera con Sony Anderson, fichado como relevo de Ronaldo, tampoco rindió al nivel de delanteros pasados. Hubo que esperar hasta el último día de mercado de fichajes de 1997 para que la afición blaugrana se ilusionara de nuevo con un producto criado en Brasil.

El Barça depositó la cláusula de rescisión de Rivaldo a pocas horas del cierre de la ventana, operación que aún hoy escuece en A Coruña. Un movimiento pionero en cuanto a pago de cláusulas se refiere, 4.000 millones de pesetas (unos 24 millones de euros), cantidad otrora exacerbada. Rivaldo disputó cinco temporadas en Barcelona. Ligas, goles y una apoteósica chilena al Valencia como sello personal. Marcó 129 goles en 229 partidos (0.56 goles por partido de promedio) y es recordado y apreciado por la afición culé.

Con la entrada de siglo, el Barcelona siguió apostando por incorporar jugadores brasileños. Han sido muchos y la mayoría han tenido un rendimiento oportuno. Los Belletti (quién puede olvidar su gol en París), Dani Alves, Sylvinho o Adriano han aceptado su rol y han devuelto la confianza en ellos depositada. Pero si hay que hablar de brasileños queridos en Barcelona durante la última década, destaca uno por encima del resto: Ronaldinho.

Ronaldinho llegó a Barcelona en el verano de 2003. Su imborrable sonrisa y su magia en el terreno de juego devolvieron la felicidad a la parroquia culé. Fue el inicio de un ciclo ganador y una apuesta por el fútbol ofensivo que aún hoy perdura. Procedente del PSG por 27 millones de euros, el “Gaúcho” conquistó dos Ligas, una Champions y un Balón de Oro como jugador blaugrana. Pero fue más que eso. Propició un cambio de mentalidad y le otorgó al Barça el carácter ganador, el prestigio y la identidad que hoy en día posee. Avaló y ayudó a integrarse al que se convertiría en el mejor jugador de la historia del club, Leo Messi, e hizo que su afición, y cualquier amante del fútbol, disfrutaran con su juego. No se me ocurre ningún seguidor culé que no añore y quiera a Ronaldinho, al igual que hiciera Cruyff varios años atrás, cambió la historia del Barça para siempre. 99 goles en 207 partidos (0.47 de promedio).

Desde que el “10” abandonara el Barça en 2008, ningún brasileño ha ilusionado más a su país que Neymar Jr. Anhelado por media Europa, el Barcelona consiguió hacerse con su fichaje, no sin polémica, en 2013, con la intención de que marque una época. Como ha dicho el propio Ronaldinho: “Es mi heredero”. Con apenas 23 años ya lo ha ganado todo y apunta a futuro Balón de Oro. Tiene las características de los mejores jugadores brasileños de todos los tiempos; el gol de Ronaldo, la velocidad de Romario o el regate de Ronaldinho. Pero sobre todo desprende magia y sonrisa. En dos años y poco ha hecho ya 65 goles en 105 partidos como culé (promedio de 0.61). El futbolista brasileño definitivo, llamado a dominar el fútbol por muchos años y, al igual que muchos de sus compatriotas, en Barcelona.

1994. Tanos, Cantabria. Estudiante de periodismo. @SpheraSports y @FCBsphera “Esa melancolía irremediable que todos sentimos después del amor y al fin del partido”.

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