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Neil Lennon, el norirlandés que se sobrepuso a las amenazas de muerte

El fútbol
es un reflejo de la sociedad. Por eso en este deporte se encuentra todo lo
bueno y, desafortunadamente, todo lo malo de ella. Los aspectos que dañan el
balompié, y por supuesto a la sociedad, es cuando se producen los actos de
violencia, de homofobia, misóginos, etc. en las gradas o aledaños de los
estadios de fútbol.

En algunas ocasiones son los propios
jugadores los principales afectados de las actitudes de los hinchas. Uno de
ellos es el caso del norirlandés Neil
Lennon, un futbolista amenazado de
muerte por ser católico.

Durante muchos años en Irlanda del Norte hubo un conflicto
político, social y religioso muy marcado entre dos bandos. Unos eran los
partidarios de la unificación de Irlanda, mayoritariamente católicos y
republicanos, los otros eran los favorables al Ulster, en su mayoría
protestantes y a favor de la monarquía británica. Incluso en ambos bandos se
llegaron a formar bandas paramilitares. Tal era la tensión que un futbolista
que pronunciara públicamente cuáles eran sus creencias religiosas, le aseguraba pitos y insultos de una
parte de la afición cuando defendía la zamarra del combinado de Irlanda del
Norte.

En el caso de Neil Lennon se vio
obligado a abandonar la selección en
2002 debido a las fuertes amenazas de muerte que tuvo por parte de los
radicales protestantes. Todo empezó cuando el norirlandés fichó en 2000 por el Celtic de Glasgow, el club insignia
católico de Escocia, muy ligado a Irlanda, y por ende, la mayoría de sus
hinchas defienden la reunificación de las dos Irlandas. Hasta ese momento
Lennon había disputado 40 partidos con el combinado nacional, siendo uno de los
puntales del equipo, y sin ser abucheado por la afición.

Los radicales del Ulster no podían
soportar que uno de sus jugadores defendiera la camiseta de un club tan
antagónico a sus creencias y tan odiado por ellos como es el Celtic de Glasgow.
A partir del 2000 cada vez que Lennon
jugó con Irlanda del Norte recibió críticas e insultos por parte de un sector
de la afición, mientras la otra lo aplaudía y animaba. En 2002, en un
partido amistoso frente a Chipre, el norirlandés nacido en Lurgan iba a ser por
primera vez el capitán de la selección. El orgullo máximo para cualquier
futbolista que juega en el combinado de su país.

Unos días antes de ese partido la Fuerza Voluntaria Lealista (LVF), una
organización paramilitar favorable al Ulster, llamó a la BBC y amenazó de muerte a Lennon y su familia si
disputaba ese encuentro contra Chipre siendo el capitán.

Lennon no llegó a jugar ese partido
porque abandonó la selección. Pero ahí no se terminaron sus problemas. El
católico norirlandés se convirtió en uno de los jugadores más queridos por la
hinchada del Celtic, siendo uno de esos futbolistas que dejaron huella en el
club. Estuvo 7 temporadas en el conjunto bhoy. Su entrega, lucha y sacrificio
sobre el terreno de juego, unido a su fuerte carácter, le hicieron un líder
para la hinchada. Eso sí, hizo que la animadversión por él por parte de la afición
del Rangers, el equipo referencia de los protestantes en Escocia, fuera en
aumento. Siendo ya grande el nivel de odio entre los dos clubes, con la histórica
rivalidad del Old Firm, en el caso de Neil Lennon, norirlandés y católico declarado, hacía que fuera idolatrado por unos y
odiado por otros.

Cuando Lennon volvió al Celtic, ya
retirado como jugador y siendo asistente del entrenador en 2008, aparecieron de
nuevo los viejos fantasmas. Ese mismo año dos
radicales le dieron una paliza que lo dejó inconsciente cuando iba andando
por Glasgow. En 2010 asumió el cargo de entrenador del Celtic y los insultos y
amenazas de muerte se incrementaron.

En 2011 la policía requisó dos paquetes
dirigidos a Lennon los cuales contenían diversas balas. Ese mismo año, al norirlandés le enviaron un paquete bomba
que los trabajadores del depósito de Kirkintilloch, Escocia, interceptaron.
Incluso en 2012, en un encuentro del Celtic en campo del Hearts, en Edimburgo,
un aficionado sorteó la seguridad y
llegó incluso a atizarle un golpe al entrenador en pleno partido. Lennon
dejó de entrenar el Cetic en 2014.

El fútbol lleva años luchando para
erradicar este tipo de situaciones, pero aún así este magnífico deporte sigue
manchado por esta lacra. Neil Lennon
tuvo que vivir con vigilancia policial durante las 24 horas del día y
extremando la seguridad porque su vida, y la de su familia, corrían peligro.
Todo por cuestiones ajenas al deporte.

El norirlandés ha seguido entrenando.
Dirigió al Bolton Wanderers durante casi dos temporada y en 2016 volvió a
Escocia para entrenar al Hibernian.
Sigue siendo idolatrado por los aficionados del Celtic, mientras que cuando
visita el campo del Rangers, el Ibrox Stadium, es el hombre más odiado sobre la
faz de la tierra. Aún así, Lennon sigue cosechando victorias en este estadio,
agrandando su épica cada vez más. Las dos veces que ha ido como entrenador del
Hibernian ha salido victorioso. Lennon lo ha pasado mal por ser y profesar las
creencias y ideología que tiene, pero al menos el fútbol le da la oportunidad de resarcirse batiendo a sus enemigos
más odiados. El norirlandés es así, de carácter fuerte y que no se rinde
nunca. Ama tanto el fútbol, que unos radicales ajenos al balompié, no han conseguido que abandone este
maravilloso deporte. 

Nací en Barcelona y vivo en esta ciudad. Soy estudiante de cuarto de periodismo en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Me encantan los deportes, en especial el fútbol, que sigo tanto a nivel nacional como internacional. Por eso mi ambición es ser en el futuro periodista deportivo.

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