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Real Madrid

Muy distintos, pero con algo en común

Todos los equipos tienen su idiosincrasia y hay jugadores que por su forma de comportarse y plasmar su juego sobre la hierba conectan de una forma especial con una determinada afición. El Bernabéu es muy especial para eso y cuando ves un jugador por primera vez sabes perfectamente si puede encajar o no en un club como el Real Madrid.

Viendo el partido de vuelta in situ en el campo entre Real Madrid y Chelsea de la Champions 2021-22, se percibió esa sensación con el alemán Antonio Rüdiger. Un central exuberante en lo físico, dominador de ambas áreas en el juego aéreo y con otra virtud fundamental, su voracidad al espacio para defender a 40 metros de su portería. En la grada abundaban los comentarios sobre su forma de abarcar metros de campo y el poderío exhibido.

Cuando uno mira atrás y asocia defensa alemán y Real Madrid es obligatorio detenerse en Uli Stielike. Uli llegó al Real Madrid como centrocampista en 1977 y se marchó ejerciendo ya de líbero en el verano de 1985. Rüdiger y Stielike no se parecen futbolísticamente, pero su carácter y forma de entender el fútbol calan de lleno en los gustos del Bernabéu.

Stielike popularizó un grito de guerra en sus 8 años como jugador del Real Madrid, especialmente cuando a partir del Mundial de España 82 comenzó a jugar de central o de hombre libre. El “Uli”, “Uli”, “Uli”, lo entonaba enrabietado el Bernabéu cuando Stielike iba al corte y salía victorioso de un envite. Algo que por otro lado sucedía casi siempre.

Stielike acompañaba su fútbol de un aire de entrega que toda la vida ha entusiasmado al aficionado del Real Madrid. Su forma de ir a cortar una contra rival lanzándose al suelo y llevándose el balón caló tan hondo que casi 37 años después de su marcha, aún se recuerda.

No cuesta imaginarse un Bernabéu coreando a Rüdiger en situaciones parecidas. Y por eso uno tiene la sensación de que, si se concreta su fichaje, el Madrid da en la diana.

El fútbol ha cambiado muchísimo, Stielike jugaba de libre en una época en la que se marcaba al hombre y esa misión lucía mucho. Rüdiger pienso que es un central para jugar más en una línea de tres centrales que en una de cuatro atrás, pero eso son matices que tendrá que resolver Carlo Ancelotti si finalmente el central germano llega al Real Madrid. De lo que no cabe duda es de su buen encaje a priori en la idiosincrasia tan particular del Bernabéu.

Cuando Stielike abandonó el Real Madrid tras disputar su último partido, ante el Atlético en la Copa de la Liga de la temporada 84-85, lo hizo a hombros de sus compañeros con el Bernabéu entonando el famoso Uli, Uli, Uli; palabras mayores y por eso tampoco se puede comparar la dimensión futbolística de uno y otro.

Estas letras no pretenden comparar futbolísticamente a Rüdiger con Stielike. Uno ni siquiera ha confirmado su fichaje por el club blanco y el otro, Uli, es historia de sí mismo. Pero en el fútbol las sensaciones son muy importantes.

Y lo que sí está muy claro es que cuando un jugador aterriza de pie en un equipo, su camino e integración inicial es mucho más fácil. Y en el Real Madrid jugadores como Stielike conquistaron esas leyes no escritas, pero que son indispensables para triunfar en ese club.

Rüdiger ya conoce el camino.

Imagen de cabecera: @ChelseaFC

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