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Mourinho impuso su ley en Estocolmo

El Manchester United derrotó hoy 2-0 al Ajax con goles del francés Paul Pogba (18′) y del armenio Henrik Mkhitaryan (48′) para coronarse campeón de la Europa League, lo que le da acceso a la próxima Champions League.

Fue un asunto medianamente sencillo para el equipo inglés, que superó a su rival con experiencia y pragmatismo. Los de Jose Mourinho supieron golpear en el momento oportuno para ir dejando sin posibilidades al joven cuadro holandés.

El United, sin embargo, no salió a especular. Al menos al arranque del partido, los «red devils» ganaron el mediocampo y establecieron poco a poco su ritmo. Ante los tres centrocampistas del Ajax (Klaassen, Schoene y Ziyech), Pogba, Herrera y Fellaini impusieron su ley.

El primer gol llegó, justamente, fruto de esa superioridad, cuando una pelota recuperada por Juan Mata cayó en los pies de Fellaini, que le pasó a Pogba. El francés se abrió espacio ante la zaga holandesa, al borde del área grande, y disparó de zurda.

Tuvo buena fortuna Pogba, porque su remate se desvió en el colombiano Davinson Sánchez y entró al arco de Andre Onana, que se había lanzado ligeramente a su izquierda.

El gol permitía al conjunto de Mourinho entrar al terreno que más le gusta, que mejor domina: el control del resultado, la administración del partido, el manejo de los tiempos. En ventaja, el United sacó a relucir su experiencia para consolidar el dominio.

Del otro lado, además, no había respuestas. La solidez del equipo de Manchester no permitió que el Ajax desarrollara su juego, usualmente alegre y fluido. En Estocolmo, apenas chispazos, como la zurda de Bertrand Traore, que a perfil cambiado intentaba inquietar la zaga rival.

Pero nada sucedía. Y, tras el descanso, la tendencia fue la misma. El United, superior, volvió a dejar claro que mandaba en el partido, que esta final no podía escapársele. Fue a la salida de un córner, cuando Smalling cabeceó para poner el balón en el área chica y el armenio Henrik Mkhytarian estiró la pierna para poner el 2-0.

El partido murió ahí. El Ajax se encontraba desubicado. Si los de Peter Bosz habían salido con esperanzas de equilibrar el encuentro, el segundo gol fue un golpe definitivo, un daño irreversible. A partir de allí, el resto fue un trámite.

Ante un rival sin ideas, el Manchester aprovechó los espacios para crear peligro. Fellaini lo tuvo de cabeza a los 64′, por ejemplo. El francés Anthony Martial, que ingresó por Marcus Rashford, perdió un mano a mano cerca del final.

A la imagen de las finales continentales que ganó antes, Mourinho volvió a vencer casi sin suspense, como por decantación, marcando y luego administrando el encuentro. El premio no es poco: el United volverá a la Champions

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