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Mirar hacia otro lado

«Llevábamos un mes y medio dolidos con la familia de José Manuel. Por el fallecimiento de su mujer, ahora él. Llevamos una semana muy fea en todos los sentidos, muy desagradable». Son las palabras de Dani Parejo tras la victoria del Villarreal frente al Almería jugando con uno menos durante más de media hora. ¿El motivo de la expulsión? Alex Baena marcó el tanto del empate y quiso dedicarle el gol a José Manuel Llaneza, uno de los grandes artífices de los éxitos de la historia reciente del Submarino.

Baena se levantó la camiseta, donde llevaba una interior con un mensaje: ‘Gracias por todo Llaneza’. El árbitro, De Burgos Bengoetxea, vio la acción y le sacó la segunda amarilla al futbolista del Villarreal. La indignación en el equipo dirigido por Unai Emery fue máxima. La regla (discutible en cualquier caso) es clara en este sentido: se deberá amonestar al jugador que realice algunas de las acciones siguientes:

  • Trepar a las vallas perimetrales o acercarse a los espectadores generando problemas de seguridad;
  • Actuar de forma provocadora o exaltada;
  • Cubrirse la cabeza o la cara con una máscara o artículos similares;
  • Quitarse la camiseta o cubrirse la cabeza con ella.

Baena levanta su camiseta y la pasa por la cabeza para que se vea claro su mensaje, como recoge en el acta el colegiado. «En el minuto 56 el jugador (16) Baena Rodríguez, Alejandro fue amonestado por el siguiente motivo: Levantarse la camiseta por encima de la cabeza tras la consecución de un gol». No hay duda de que es un error del futbolista del Villarreal, que podía haber enseñado el mensaje sin levantarse la camiseta por encima de la cabeza. Hasta ahí todo bien. Sin embargo, la conclusión que queda es que Álex Baena ha sido expulsado por homenajear a Llaneza en el primer gol que marca el Villarreal desde su fallecimiento. Podía haber sido un momento precioso, con el hijo de Llaneza en el palco emocionado por el gesto y la situación. Pero todo se tuerce con la roja, la indignación y la impotencia de Baena y sus compañeros, que no entienden cómo alguien puede irse al vestuario por algo tan loable.

Sería un error culpar a Baena, que solo quería recordar la memoria de una persona muy querida en el Villarreal CF. Y también sería un error culpar a De Burgos Bengoetxea, cuya decisión viene amparada por un reglamento que no redactó él. Mientras esperamos con impaciencia que algún día normas como ésta se revisen y cuenten con sus propias excepciones, harían bien los árbitros en empatizar un poco más. Quizá, y solo quizá, con mirar hacia otro lado habría sido suficiente. Aunque solo sea una vez.

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