Tras un año de ausencia, los Miami Heat han vuelto a los playoffs, y aunque ya no cuenten con King James entre sus filas, tienen todos los ingredientes para ser uno de los grandes animadores de esta postemporada. A pesar de incorporar a Goran Dragic a mitad del pasado año, el equipo no se pudo meter entre los 8 primeros, y este año vuelven con muchas armas. Al contrario que Cleveland en su día, se han sabido sobreponer a la salida de James del equipo, y 2 temporadas después de su marcha han conseguido acabar en el tercer puesto de la conferencia.
Y es que han formado un equipo muy competitivo. Al eterno Dwayne Wade hay que unir el buen hacer de Luol Deng, la veteranía de Amare Stoudemire en el puesto de 5, y el gran movimiento de los Heat durante esta temporada, Joe Johnson. Tras salir de Brooklyn, el alero pudo firmar un contrato por cerca del mínimo y ha dado a los Heat un salto de calidad importante desde el puesto de alero. Aunque no todo han sido noticias positivas para Miami este año. Chris Bosh ha tenido que dejar la disciplina del equipo debido a un problema grave de salud. Unos coágulos sanguíneos que ya tuvieron al ala-pivot alejado de las pistas durante buenos tramos de la temporada pasada.
Sin Bosh, el equipo está jugando un baloncesto más rápido, con Dragic a los mandos, y han hecho un récord de 19-10 tras el All-Star. Wade sigue jugando a un nivel tremendo, promediando 19 puntos por choque, y volviendo a asumir ese rol de líder que quizá perdió en los años que jugó junto a LeBron. Además de con veteranos de renombre (pensemos en lo que habría significado hace 5-6 temporadas un quinteto formado por Dragic, Wade, J. Johnson, Deng y Stoudemire), los Heat cuentan con una camada de jóvenes muy interesante. Justise Winslow ha completado un buen año rookie, aunque seguramente hubiera disfrutado de más minutos en un equipo con menos competencia en el puesto de alero. Josh Richardson ha sido toda una revelación en el puesto de base, estaba fuera de la rotación hasta la lesión de un Tyler Johnson que también lo estaba haciendo muy bien.
Hassan Whiteside, líder de la pintura de los Heat | Getty Images
Capítulo aparte merece Hassan Whiteside. La suya es una de las historias más sensacionales de la NBA reciente. Totalmente fuera de la NBA, había jugado durante 3 temporadas en ligas tan dispares como la libanesa o la china, además de en la liga de desarrollo. Los Heat le dieron una oportunidad la temporada pasada, y se ha convertido en una de las sensaciones de la liga. Grandísimo defensor (lidera la liga en tapones), y capaz de anotar con fluidez al poste, es uno de los únicos pivots dominantes que quedan en la NBA. Posible ganador del premio al mejor defensor de la temporada, este verano será uno de los agentes libres más cotizados.
Pese a todas las buenas cosas que han tenido los Heat esta temporada, no lo tendrán nada fácil para avanzar a la siguiente ronda. Enfrente estarán los Charlotte Hornets, con seguramente el mejor equipo desde la refundación de la franquicia de Carolina del Norte. Acabaron con el mismo récord que Miami, 48-34, y también han mejorado mucho sus prestaciones con respecto a la temporada pasada. El experimento de Lance Stephenson no salió bien, y este año, con un equipo plagado de tiradores han dado un salto de calidad.
Hay que empezar hablando por Kemba Walker. El base no ha sido All-Star, pero ha hecho una temporada que a buen seguro le hará estar en las quinielas para próximos años. Ha promediado casi 21 puntos por partido, y ha liderado a Charlotte en un final de temporada espectacular. Pero Walker no ha estado solo, ni mucho menos. Nicolas Batum llegó de Portland para ocupar un rol principal en este equipo y ha cumplido las expectativas. Salvo por algunos problemas físicos, Batum ha completado una gran campaña desde el puesto de alero. Marvin Williams ha tenido una de las mejores temporadas de su carrera jugando de ala-pivot, y Cody Zeller se ha establecido en el 5 gracias a su movilidad y buen hacer defensivo.
El banquillo de Charlotte, clave en la eliminatoria | Getty Images
Charlotte tiene una plantilla muy profunda, y cuando los Walker, Batum y compañía se sientan, sale más madera desde el banquillo. Jeremy Lin parece haber encontrado su sitio en el equipo de Carolina del Norte, y promedia dobles dígitos como sexto hombre de este equipo. Al Jefferson, quien fuera la estrella absoluta de este equipo, recupera poco a poco la forma tras su lesión, y es la referencia interior que le falta al equipo cuando él no está en cancha. Courtney Lee (llegado en un traspaso desde Memphis), Jeremy Lamb, el rookie Frank Kaminsky o Spencer Hawes también son capaces de aportar tiro exterior en los minutos que están en pista.
Y es que desde el tiro exterior se ha construido la mejora de estos Hornets. Son el equipo con más triples catch-and-shoot (tiro parado tras recibir el balón) han lanzado, superando a los Warriors. Su porcentaje de acierto ha subido desde la temporada pasada en un 4,4%, y anotan una media de 7,4 puntos más por cada 100 posesiones, la mayor mejora de toda la liga.
Nos espera una serie igualada y apasionante, donde el duelo de bases entre Dragic y Walker puede marcar la eliminatoria. Ambos equipos jugaran mucho small-ball, y las defensas intentarán frenar el ritmo que van a intentar imponer los bases. Importante para Miami la defensa de la línea de 3, Batum, Williams y compañía pueden hacerles un roto importante si se calientan. El duelo en la pintura entre Whiteside y Al Jefferson cuando coincidan en pista va a ser tremendo. En temporada regular han acabado 2-2 en sus enfrentamientos directos, con un 1-1 en cada uno de los pabellones. El factor cancha es de los Heat, que también son el equipo más veterano y con mayor experiencia en playoffs. Con esas ventajas, y la presencia de un jugador tan determinante como Wade, los Heat deberían imponerse.
Pronóstico: Miami gana 4-2
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