Philippe Mexes, exinternacional francés y uno de los defensas clásicos de la Serie A en el último siglo (jugó desde 2004 a 2016 en Roma y Milan, conquistando cuatro títulos), colgó las botas en el verano de 2016, con 34 años.
Ahora, en una entrevista a France Football, reconoce que vivía en una burbuja y no se plantea seguir en el mundo del fútbol. Había creado un personaje del que no se podía desprender.
«Todavía vivo en Milán y cuido de mis tres hijos. Se han convertido en mi prioridad. Ahora, vivo por ellos. El fútbol fue mi pasión pero ellos son mis amores. Rápidamente supe lo que necesitaba y dónde estaba lo esencial. Me desprendí de lo superfluo. El fútbol es una burbuja. Volví a la vida real sin hacerme notar. No era Zidane, Totti o Thuram. Lo que quiero es ser como todos los demás. Llevo a mis hijos a la escuela, al fútbol, hago los deberes con ellos… Quería salir y hacerles salir de una dimensión ficticia. Eran parte de un personaje. Fui un poco gili… como muchos otros. No lo niego. Siempre asumí esa imagen. También era una puesta en escena: las medias subidas hasta las rodillas, el pelo largo, la coleta, los rapados… Formaba parte de mi pantomima, de mi personaje. Y luego, jamás podrás impedir a la gente que te quite esa etiqueta».