En 2015 llegaba a la categoría
reina Maverick Viñales. Miles de ojos estaban puestos en el joven talento, sus
progresos fueron notables esa temporada. De hecho disputaría un segundo año en
Suzuki en la que volvió a regalar a la marca un podio que no subía al cajón
desde 2008. Durante la época de renovaciones se debatía si Viñales sería un
piloto ligado a una marca como Suzuki hasta el final de su carrera como Kevin
Schwantz.
Sin embargo, una suculenta oferta
de Yamaha haría las delicias de Viñales. Una de las mejores motos de fábrica en
manos de un piloto que iba a comenzar su tercer año en MotoGP no era ni mucho
menos casualidad, era cuestión de talento.
Ese año (el pasado 2017) llegaría
con un Maverick Viñales que en los test previos y en las primeras dos pruebas
-el GP de Qatar y Argentina- se mostraría totalmente invencible. Sin embargo,
pasado el GP de Francia el español no volvería a ganar.
Acabaría en una
magnífica cuarta posición. La otra cara de la moneda es que el español no
conseguiría luchar contra Dovizioso y Marc Márquez por el título a lomos de la
Yamaha. En su defensa hay que decir que llegar a MotoGP y ganar el título
mundial en su primer año tal como hizo Marc Márquez no es lo común.
De hecho, Dovizioso ha tardado casi
nueve años en conseguir luchar por un título. Lo ha hecho en 2017 cuando muchos
ya dudaban de si el italiano era merecedor de su plaza en el campeonato donde
compite la élite del motociclismo mundial.
Maverick Viñales es pura
ambición, pura técnica. A pesar de los problemas que parece pueda llegar a tener
Yamaha de cara a este año no proponer a Maverick Viñales como pieza clave del
tablero de 2018 es kamikaze. El talento
y la técnica del español unidas a una buena montura pueden configurar una
bonita lucha con otros pilotos por el título de 2018.
Viñales puede tener en su contra
el coexistir con un fuera de serie como Marc Márquez. En muchas ocasiones esto
puede eclipsarle impidiéndole brillar con luz propia pero no puede obviarse
para nada el grandísimo talento del piloto de Figueras.
A modo de opinión personal, tarde
o temprano Maverick Viñales será dueño de un título mundial en la categoría
reina pues la ambición, el talento y el trabajo acompañados de una buena
montura pueden bordar una temporada de matrícula de honor.