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El Mascherano albiceleste brilla de azulgrana

Central de referencia desde que aterrizó en el Barcelona y lateral ocasional, el argentino Javier Mascherano regresó a sus orígenes como centrocampista con una actuación brillante ante la Real Sociedad en Copa del Rey. En un partido decisivo para la suerte de su equipo, resuelto luego con holgura (5-2) por los azulgrana, el ‘Jefecito’ recuperó viejos automatismos para responder a un reto mayúsculo: sustituir al lesionado Sergio Busquets.

Cuando prácticamente nadie apostaba por él, Luis Enrique lo hizo de nuevo. Teniendo otras opciones, el entrenador azulgrana movió al argentino de su habitual lugar en el centro de la defensa y lo situó como pivote, el reino de Busquets. Su alineación en esa posición sorprendió a la mayoría y fue recibida como un «riesgo». Especialmente en la salida del balón, el croata Ivan Rakitic, el portugués André Gomes, Denis Suárez y Sergi Roberto parecían ofrecer más garantías que Mascherano.

El mediocampista argentino, de 32 años, no jugaba como tal en el Barcelona desde diciembre de 2015, ante el modesto Villanovense. Pero el ‘Jefecito’ demostró que sus fundamentos, que refresca cada vez que se viste el cinco con su selección, se mantienen en buena forma. Sobre todo durante los primeros 45 minutos de partido, los más complicados para el Barcelona, Mascherano cortó cuanto balón rondó por su zona de influencia; corrió como nadie para auxiliar a la defensa; se anticipó a toda intentona de contra de la Real y no arriesgó en la salida del balón, su punto más débil.

Su efectividad en el pase fue de las más altas: un 88%, con 41 pases dados. Y en la recuperación, fue el líder con 13 trece. «Sustituir a ‘Busi’ no es fácil, es una tarea casi imposible, pero uno trata de aportar un juego un poco diferente y me he sentido bien», afirmó un satisfecho Mascherano tras la clasificación del Barcelona para las semifinales de la Copa del Rey. Su cambio en el minuto 65 de partido por unas molestias en los isquiotibiales impidió que su alegría fuera completa, si bien él mismo las atribuyó después al cansancio y al desgaste y señaló que no deberían ser graves.

Luis Enrique siempre ha demostrado una confianza ciega en el ‘Jefecito’ y como Josep Guardiola, su antecesor en el cargo, el técnico español ha hecho de Mascherano su extensión en el campo. Sobre la cancha, pocos jugadores hablan tanto con el entrenador azulgrana como el argentino, que ahora tiene en el francés Samuel Umtiti a un serio competidor. Siguiendo el mandato del técnico, Mascherano es el encargado de trasladar sus consignas y ordenar a sus compañeros.

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Tiene ascendente y autoridad moral, aunque no forme parte del cuarteto de capitanes del Barcelona. Su voz es un referente para su compatriota Lionel Messi, la estrella del equipo, pero también el resto de sus compañeros, que ven en Mascherano un ejemplo de profesionalidad. Autocrítico y autoexigente como ninguno, el argentino volvió a demostrar que su discurso no es de cara a la galería. Tras dos partidos sin jugar, y como si lo hiciera con Argentina, brilló donde el Barcelona casi siempre lo descartó.

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