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Marcus Rashford, The Prince of England

Este será, probablemente, mi último artículo del 2020, un año que todos vamos a recordar como uno de los peores años a nivel social y global. Sin embargo, no quiero dedicar estas líneas a quedarme con lo negativo que ha traído consigo esta pandemia; quiero quedarme con lo positivo, con los miles y miles de personas que han sido solidarias durante estos meses tan complicados y, concretamente, me quiero centrar en los deportistas que han aportado su granito de arena a la sociedad.

Todos conocemos historias de jugadores que nos marcan por sus cualidades, por sus aptitudes o por sus capacidades para resolver partidos imposibles y que, por ello, terminan siendo héroes e ídolos de miles y miles de niños y no tan niños. Sin embargo, hoy, la historia que quiero contaros es la de un jugador conocido no sólo por ser uno de los mejores delanteros del momento, sino por la historia que ha escrito, y cambiado, fuera del campo.

Marcus Rashford nació en Manchester el 31 de octubre de 1997. Creció en el barrio obrero de Wythenshawe, en el seno de una familia pobre, de ascendencia de San Cristóbal y Nieves. Su madre, Melanie Maynard, tenía 3 empleos diferentes, trabajaba horas y horas sin descanso, pero el sueldo que ganaba no era suficiente para que tuvieran siempre algo que comer. Melanie comentó en una entrevista con la BBC que muchas veces ella no comía para que sus tres hijos pudieran hacerlo. Así pues, Marcus creció entre bancos de alimentos, organizaciones benéficas y comidas gratuitas de colegios. Y, gracias a la caridad de sus vecinos y de sus propios entrenadores, pudo tener algo que llevarse a la boca, incluso en el día de Navidad.

A los 11 años, Melanie pidió a la academia del Manchester United que admitieran a Marcus un año antes de lo establecido. Así, Marcus fue a vivir a un alojamiento de la academia, lo que fue un gran sacrificio para Melanie, pero un punto de inflexión para una carrera que acababa de comenzar.

Sé lo que es pasar hambre. Sé también que durante un tiempo mis amigos solo me invitaban a comer para que sus padres se asegurasen de que ese día comía algo”, con esta confesión desgarradora, Marcus se sinceraba en su carta al gobierno británico, con el único propósito de impedir que millones de niños pasasen hambre.

Y es que, durante este verano, el Gobierno británico decidió suprimir las ayudas de alimentos a las familias desfavorecidas; pero, tras recibir su carta, Boris Johnson decidió rectificar y extender las ayudas alimentarias durante los períodos vacacionales.

Gracias a su insistencia, el Reino Unido aprobó una inversión de 120 millones de libras esterlinas para proporcionar alimentos a esos 1,3 millones de niños que acuden a colegios donde les sirven comidas gratis. Además, durante la pandemia consiguió recaudar, junto a la organización benéfica FareShare, 20 millones de libras esterlinas para proporcionar alimentos a más de 2,5 millones de niños que, aunque no estuvieran en la escuela, recibirían comidas escolares gratuitas.

También utiliza su cuenta de Twitter como plataforma para dar voz a cualquier situación de hambruna infantil y a proyectos de restaurantes o compañías que aporten comidas gratis para niños.

Su obsesión, con tan solo 23 años, es devolver a la comunidad lo que hizo por él y que ningún niño tenga que pasar hambre en Inglaterra.

Su último movimiento hasta el momento ha sido la creación del Marcus Rashford Book Club, con el que pretende promover la lectura entre niños y jóvenes. Además, ha lanzado su primer libro de una futura colección: “You Are A Champion: Unlock Your Potential, Find Your Voice and Be The BEST You Can Be”. No hay duda de que él está consiguiendo lo que propone en el título del libro.

Muchos proclaman que los atletas no deben mezclar los deportes con cualquier tipo de movimiento o lucha fuera de ellos. Afortunadamente, el número de deportistas que se niegan a “callarse y regatear” (“shut up and dribble”) cada vez es mayor. Jugadores, jugadoras y entrenadores de la Premier League como Raheem Sterling, Wilfried Zaha, Troy Deeney, Tyrone Mings, José Mourinho o Chloe Morgan; que colaboran en luchas contra injusticias raciales, de apoyo al personal médico, a favor de los derechos LGTB+ y su inclusión en el fútbol o repartiendo alimentos. Por supuesto, también encontramos acciones así en LaLiga como Saúl Ñíguez con un movimiento para ayudar a Pymes y autónomos; Simeone y la Unión Deportiva Almería que donaron y recaudaron dinero para comprar material sanitario; o un grupo de más de 50 jugadoras que crearon la iniciativa JuntasVenceremos en colaboración con Open Arms para recaudar fondos destinados a material sanitario y a la mejora de las condiciones del personal sanitario. Y estos son solo algunos ejemplos de los deportistas que se suman a movimientos sociales.
Queda claro que no hace falta “callarse para regatear”. De hecho, volviendo a nuestro protagonista, sus logros como deportista no dejan indiferente a nadie.

Marcus Rashford, como otros deportistas, ha utilizado las dificultades que vivió de niño como motivación durante su carrera y su toma de decisiones. Todo ello le ha convertido en la estrella que es hoy en día. Sus propios compañeros le apodan “Wonder Kid” (Juan Mata) y “The Prince of England” (Paul Pogba) por sus acciones dentro y fuera del campo, porque en muy poco tiempo ha demostrado ser un verdadero ejemplo para todos.

Ojalá el año 2020 nos haya abierto los ojos a la solidaridad.

Ojalá cada vez más futbolistas, deportistas y personas influyentes apuesten por defender este tipo de causas.

Ojalá cada vez más niños y niñas quieran ser como Marcus Rashford, “el príncipe británico”.

Imagen de cabecera: Nacho Barriocanal

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