Tiene 21 años, es su primer Mundial, pero Lysa Tchaptchet (Yaundé, Camerún, 2001) está siendo una de las mejores jugadoras de las Guerreras en este Mundial de Suecia, Dinamarca y Noruega. Se ha consolidado como un pivote letal, dejando impronta sobre todo en el último partido ante Brasil, donde anotó cuatro goles y provocó un penalti en la primera mitad.
«El balonmano es un deporte colectivo. Por muy bien que lo esté haciendo necesito que mis compañeras me den esas bolas y me lo hacen más sencillo. Con la manera en la que están jugando me lo ponen todo en bandeja. Yo solo tengo que marcar y ya está, lo difícil lo hacen ellas», nos dice Tchaptchet, restando valor a su impresionante actuación contra la canarinha y ensalzando a la defensa española. «Brasil tiene un 1vs1 muy fuerte, lo sabíamos desde el primer momento. Teníamos que estar muy fuertes en defensa para llevarnos el partido. Mención especial para Darly (Zoqbi), que estuvo sobresaliente», apunta.
Nacida en la capital de Camerún pero criada en Navarra, Lysa comenzó desde muy pequeña a jugar al balonmano, aunque por entonces no le gustaba demasiado. «Estaba en un equipo mixto y era muy pequeña de altura, flaquita y tal. Me ha cambiado mucho el cuerpo (risas). Y por entonces no me gustaba mucho la verdad, pero con el tiempo me acabó encantando y lo disfruto mucho», reconoce. Lo del balonmano viene de familia: su hermana, Lyndie, fue nombrada ‘Mejor Pivote’ y ‘Mejor Joven Promesa’ la pasada temporada en la Liga Guerreras Iberdrola. Ya ha entrado en dinámica con la absoluta y ambas sueñan con jugar juntas un Mundial, en el futuro. A las dos les dejó un libro de apuntes con jugadas y estrategias su abuelo, Defo Paul, que fue jugador durante muchos años en Camerún. «No sé qué le diría ahora, solo sé que estaría muy orgulloso de mí. Allá donde esté sé que está muy contento y me está protegiendo», nos dice Lysa.
Un crecimiento espectacular
En poco tiempo, la mayor de las Tchaptchet ha pasado de jugar un Europeo con 19 años a dar el salto al Vipers noruego, con el que ganó la Champions el pasado año junto a Nerea Pena. Hoy es una de las figuras de las Guerreras. «Me lo suelo tomar todo con bastante tranquilidad. Para mí ha sido todo progresivo, poco a poco. Y está dando sus frutos, estoy muy contenta. Que siga así», señala. Junto a Paula Arcos y la recien llegada Esther Somaza es una de las jóvenes del equipo, en pleno relevo generacional tras el adiós de veteranas como Carmen Martín y la ausencia de Silvia Navarro o Sandy Barbosa.
«Es algo que siempre va a pasar. Las veteranas se van a ir y viene gente joven a tomar ese relevo, o por lo menos a intentarlo. No lo afronto de ninguna manera, porque no decides coger el relevo, es algo natural. Pasan los años y es indudable que he tenido un crecimiento como jugadora, así que puede parecer que mi rol se ha fortalecido. No soy la persona que llegué cuando tenía 19 años a la Selección», explica una Tchaptchet orgullosa de sus raíces: «Mis orígenes son los que son. Soy camerunesa, pero es verdad que siempre me he considerado muy española. Quieras o no me he criado aquí y he crecido aquí. He mamado la cultura española, como quien dice. Tengo esas dos raíces que me unen, ambas hacen que sea lo que soy«.
Este miércoles, España iniciará la main round con cuatro puntos, igual que Países Bajos, rival más duro en esta fase. Las Guerreras se enfrentarán también a República Checa y Argentina con el objetivo de meterse en cuartos y asegurar el preolímpico. «La verdad es que estoy muy contenta. No hay mejor manera de empezar este Mundial, ganando estos tres partidos. El TIE nos dejó con algunas dudas, pero aquí hemos sacado nuestra fortaleza y nuestra mejor cara. Ahora quedan muchos partidos por delante (esperemos) y ojalá sigamos igual de bien. Es mi primer Mundial y me hace especial ilusión».
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