Síguenos de cerca

Real Madrid

Los vaivenes del Real Madrid

La semana, como casi siempre ya, en esta era de bombazos y espectáculo a mansalva, se planteaba movida. El Real Madrid debía ganar al Huesca y hacer lo mismo con el Inter para mantenerse en lo alto de la tabla y para no quedarse sin opciones en la fase de grupos de la Champions League. No era fácil. Solventó la papeleta Zinedine Zidane con un increíble disparo de Rodrygo Goes a la escuadra de la portería de Handanovic, a pase del vilipendiado Vinicius. Todavía queda mucho en un grupo que perdió el norte desde el primer pitido inicial del primer encuentro. No tiene pinta que vaya a recuperar ni el sur ni ningún punto cardinal, y eso que queda la otra mitad todavía.

Ya hay gente que no puede soportar ver un partido entero sin mirar el móvil. Hay algún que otro indeseable, incluso, que mira las series en Netflix en velocidad 1.5, saltándose diálogos para decir que ya ha visto todos los capítulos; para seguir haciendo tachones en la lista de prioridades. Una menos. El Madrid parece que es ese amigo que se adapta a todo, que acepta que se vea con o sin subtítulos la película; en versión original o en urdu. El Inter le planteó lo contrario a lo que normalmente le proponen en LaLiga y en la máxima competición continental. Los blancos, diligentes y atentos con sus huéspedes, aceptaron el desafío como el que se presta a poner la mesa.

Los de Antonio Conte son especiales. Su esquema y su estilo, cada vez más utilizado en Europa por otros cuadros, es un reto para el rival. El corazón de los aficionados está en juego en cada salida, en cada porfía y en cada pase. Este Inter juega un 5-3-2 en el que atraen tocando y haciendo paredes en su propia área, para acabar lanzando a sus carrileros y a Lautaro Martínez cuando el rival pica el anzuelo. Los locales, familiarizados a que les den la posesión para que ellos construyan ante todo un ejército detrás del cuero, se sorprendieron. Tanto que, en vez de esperar en un bloque medio para salir al contragolpe, como más cómodo parece la plantilla de Chamartín, decidieron responder todas las cuestiones que les planteaban sus homólogos. ¿Queréis el balón? Pues venid a quitárnoslo. Así fue todo el encuentro, demostrando que a Zidane y a su plantilla no le gusta no ser el protagonista pese a la falta de ideas que normalmente sufren cuando la tienen. Lo del centro y remate de toda la vida.  

Ante tal contexto, el encuentro se fraguó en la incertidumbre. Los blancos, con una sola unidad en dos encuentros, sabían que gran parte de sus opciones de seguir en la Champions pasaban por ganar en el Alfredo di Stéfano. Y lo consiguieron. Una vez más hubo sufrimiento, dudas y nervios. Pero esta competición, al contrario de una liga ciclotímica y sin grandes favoritos, no te da tregua. El buen resultado ante el Huesca no iba a tener nada que ver con lo de este martes. Y se volvió a demostrar en la capital. Este es solo un pequeño paso.

Imagen de cabecera: Gonzalo Arroyo Moreno/Getty Images

Martorell (Barcelona), 1996. Periodista freelance. Amante del fútbol y loco por la Premier League. En mis ratos libres intento practicarlo.

Comparte la notícia

No te lo pierdas

Más sobre Real Madrid