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Fútbol sudamericano

Los tirones de Tite

La máquina engrasada por Tite ha tenido sus incertidumbres. Costó que el balón entrara ante Bolivia, se torció la cosa ante Venezuela y se machacó a Perú. A la anfitriona se le está poniendo esa pinta de campeón de torneo corto, cuando las dudas del inicio se convierten en vítores por el triunfo al final, en la hora de la verdad. La canarinha cuajó el mejor partido del torneo antes de su famoso mata mata, cuando los nervios ya no puedan contenerse.

La verdeamarela es, seguramente, el mejor conjunto del torneo. Quizás no tenga una individualidad estratosférica tras la lesión de Neymar pero posee un esquema y un sentido del colectivo que les coloca en lo alto de la lista de contendientes para conseguir el ansiado trofeo, que se escapa desde 2007. Por algo será. A pesar de esa apuesta conservadora en su estreno con Fernandinho como interior mixto y Coutinho con libertad en izquierda esta ya no es esa soporífera Brasil de Dunga, la antítesis de la samba de los reyes del mundo.

Tite no ha dudado en ir exprimiendo a su plantilla para lo que le llega. Al principio jugaban Richarlison y Neres en los flancos; ahora Gabriel Jesús y Everton acompaña a Firmino. Arthur, mucho más liberado y atrevido que con el Barcelona, se ha asentado a la vera de Casemiro. Dani Alves parece tener 20 años. Aspectos positivos que en la suma acaban dando un resultado muy positivo: los pitos de la durísima torcida brasileña se están corrigiendo. Algo es algo.

Incluso Roberto Firmino, también con molestias en la inauguración del campeonato, se entona. Ya vuelve a hincar el diente en forma de goles, aparte de dar un sinfín de recursos a su selección. Lo más importante, seguramente, es intentar no caer en las mismas zonas que Coutinho, áreas donde ambos anhelan habitar. En el último choque del grupo, quizás ayudados, también, por la buenísima predisposición que traía en su mochila el duelo, consiguieron estar en buena sintonía. Los extremos, que les encanta pisar área, disfrutaron de aquellas calvas que dejaban en la defensa rival. El delantero del Liverpool recibía y pasaba fugazmente, sin tiempo a réplica para la zaga peruana. Nadie llegaba.

Su 4-3-3 ha mutado hasta un 4-4-2 más sereno. Sin embargo las buenas piezas del combinado reúnen poco a poco lo que esta Brasil necesita para tener otro entorchado. La exigencia es enorme. Cada gol de Brasil es cantado por Tite como el último. En cada primer plano pierde pelo. Pero hoy tiene razones para estar más tranquilo. Brasil es la mayor favorita, aunque a algunos no les paren de salir canas.

Martorell (Barcelona), 1996. Periodista freelance. Amante del fútbol y loco por la Premier League. En mis ratos libres intento practicarlo.

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