Arsene Wenger llegó al Arsenal procedente de Japón hace 20 años. Por aquel entonces, él todavía era un semi desconocido y los medios ingleses hacían cuentas de cuánto tiempo duraría. No tenían ni idea de lo que se avecinaba.
El técnico francés, en efecto, sorprendió a todos e inició la conversión de un Arsenal defensivo, que no jugaba a nada, a uno ofensivo basado en el fútbol de toque. Dos años después de su llegada ya ganó el doblete: Premier y FA Cup. Su punto álgido fue en 2004 cuando consiguió con el Arsenal, por primera vez en la historia, ganar una liga sin perder ni un solo partido. Aquel equipo era mágico.
Ha llovido mucho desde su debut el 12 de octubre de 1996 en campo del Blackburn Rovers (con victoria ‘gunner’ por 0-2). Más allá de los pocos títulos conseguidos, entre los que destacan las 3 Premiers y la espina de no haber conseguido la Champions, fomentado por la política de austeridad llevada a cabo a raíz de la elaboración del nuevo estadio, en este artículo queremos centrarnos en elaborar el once de futbolistas más utilizados por Wenger. Éste está formado por Seaman; Sagna, Kolo Touré, Koscielny, Clichy; Walcott, Vieira, Cesc, Ljungberg; Henry y Bergkamp.
En este once encontramos desde dos jugadores de la actual plantilla como lo son Koscielny y Walcott a apuestas personales acertadas como, por ejemplo, Cesc, que llegó con 16 años, o Henry, al que Wenger rescató y el delantero respondió convirtiéndose en el máximo artillero de la historia del Arsenal. Es curioso, también, como 4 de los jugadores de ese once siguen compitiendo en la Premier, pero en rivales: Cesc lo hace en el Chelsea, Kolo Touré en el Liverpool y Sagna y Clichy en el Manchester City. Leyendas como Seaman, que mantuvo la portería a 0 hasta en 72 ocasiones, Vieira, Ljungberg o Bergkamp completan un once de gala.
Si nada raro ocurre, Wenger pondrá punto y final a su etapa como entrenador ‘gunner’ al final de esta campaña. Dejará, eso sí, un legado de 20 años de trabajo, evolución y apuesta por los jóvenes que, a buen seguro, servirá de buena base para quién le coja el testigo.
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