El derby ateniense entre Panathinaikos y Olympiacos del pasado domingo volvió a dejar, como es tristemente habitual en Grecia, graves incidentes entre los ultras y la policía.
A causa de esto, el gobierno griego ha decretado la suspensión del campeonato de fútbol de manera indefenida para lanzar una serie de medidas para erradicar la violencia de los estadios.