En un mercado de fichajes complicado, con poco dinero y bajas transacciones, los equipos de fútbol, cada vez más, recurren a la búsqueda de oportunidades para reforzar sus plantillas: futbolistas a coste cero, libres, contrato que expira pronto, jugadores enfrentados con sus clubes, situaciones límite y, por supuesto, futbolistas cuyo equipo desciende de categoría.
Cuando un equipo desciende a segunda vive una transformación para el resto de equipos. Para los que se quedan pasa de ser un equipo de fútbol y un rival a convertirse en una especie de mercadillo. Las rebajas de enero de El Corte Inglés donde todos se pelean por la mejor pieza de la tienda intentando conseguir el mejor precio posible.
Pasan de ser futbolistas a ‘caramelitos’ a los ojos de un niño con adicción al azúcar. Se convierten en dulces en oferta. Como esas promociones de PC Componentes en plena semana de black friday. Hasta los equipos que no te necesitan preguntan por ti. Cláusulas dentro de cláusulas que liberan o bajan otra cláusula del coste del jugador.
Para los equipos es muy difícil retener a sus mejores jugadores cuando descienden a segunda. Más aún, cuando estos jugadores no tienen un gran apego al club, llevan pocas temporadas o en su mente aspiran a mucho más y no conciben un retroceso a la categoría de plata. La típica cláusula del Football Manager de “permitir usar al club como trampolín” que tú siempre aceptas confiando que nunca llegue esa situación. Y, al final, llega.
Esa degradación de un equipo que algunos jugadores no quieren vivir en sus carnes. Aflora ese miedo de descender al infierno y nunca volver a ver la luz. Una decisión muy difícil para un futbolista. Una decisión que puede cambiar la trayectoria de cualquier jugador. Descender con tu equipo a segunda división con otras ofertas en la mesa para quedarte en primera y, después, nunca volver a jugar en primera división.
Pero también, futbolistas que deciden quedarse en primera en otro club y al año siguiente ven como descienden y su equipo vuelve ascender. Para algunos, justicia futbolística.
Y es que, los futbolistas ven en su oportunidad de jugar en primera un continuo y constante escaparate. Un lugar donde brillar y asegurarse por muchos años una trayectoria en la máxima categoría. Un lugar donde quedarse para triunfar.
Este año habrá muchos ‘caramelitos’ que tienten a glotones y necesitados. ‘caramelitos’ que puedan convertirse en grandes refuerzos a costes razonables:
Georgios Giakoumakis, delantero griego que pertenece al VVV-Venlo en la Eredivisie. Ya descendido, es el máximo artillero de la categoría con 26 goles en 30 partidos. Internacional con Grecia y con apenas 26 años. ‘Caramelito’ para equipos con falta de gol.
André Zambo Anguissa, mediocentro defensivo con llegada que nos enamoró a todos la pasada campaña con el Villarreal, pero que esta temporada no ha conseguido salvar del descenso al Fulham. Otro ‘caramelito’ que ve como su actual equipo desciende al infierno.
Ozan Kabak, defensa central del Schalke 04 que ha estado cedido esta campaña en el Liverpool de Klopp. Parece que no ha convencido y volverá a Alemania a un equipo que jugará en segunda división la próxima temporada. Futbolista con mucho futuro que ante esta situación se convierte en una oportunidad de mercado única. Solo tiene 21 años.
Estos son solo tres casos, pero hay muchos casos. La lista continúa: Matheus Pereira, Edu Expósito, Simon, Amine Harit, Rudy, Mitroviç, y los jugadores en el limbo de los equipos que todavía pueden bajar: Javi Galán, Edgar Badía, Seoane, Weissman…
Os animo a comentar qué otros futbolistas o ‘caramelitos’ que descienden a segunda ficharíais para vuestros equipos.
Imagen de cabecera: ImagoImages
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