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Lo mejor y peor de la NFL 2017

Lo mejor de la NFL en 2017

La temporada 2017 de la NFL llegó a
su fin. Los Philadelphia Eagles se alzaron con su primer Trofeo Vince Lombardi
imponiéndose a los New England Patriots en la Super Bowl LII en otro partido
para la historia. Ahora se viene una travesía de siete meses sin football. Mientras llegan el scouting de
novatos (la famosa Combine) y el Draft, es el turno del análisis y la
reflexión. Comenzamos con algunos de los aspectos positivos.

Un nuevo campeón

Los Eagles habían ganado tres
títulos nacionales, pero ninguno en la era Super Bowl (desde 1967). Sus dos
intentos de ganar la gran final de la NFL acabaron en derrota. A la tercera fue
la vencida.

Los de Filadelfia fueron de largo
el mejor equipo de la NFC… pero la grave lesión de su gran estrella, el QB
Carson Wentz, parecía el fin de sus aspiraciones a ser campeones. Ya en
postemporada, nadie (o casi nadie) les veía como favoritos ante los Falcons.
Ganaron. Tampoco ante los Vikings. Volvieron a ganar. Jugadores y aficionados
asumieron el papel de underdogs, y
ellos encantados. Las ventas de caretas de perros se dispararon.

La historia protagonizada por Nick
Foles en la temporada 2017 merece ser contada durante muchos años. De cómo el
QB suplente llevó a su equipo al anillo. Foles llevaba cinco temporadas en la
NFL, de las cuales sólo una se le puede considerar buena. Con 28 años ya pesaba
en la retirada, pero optó por regresar a Philly para ser suplentísimo de Wentz. Una situación que se dio hasta la lesión del
11 cerca del final de la regular season.

Cuando Foles tomó el relevo, no
ofreció buenas sensaciones, pero fue llegar la hora de la verdad y jugar mejor
que nunca. Llevó a los Eagles a la gran final de la NFL y se impuso al
mismísimo Tom Brady en un duelo de pistoleros. Hasta se permitió el lujo de
recibir un pase de touchdown. Cuesta pensar que todo un MVP de la Super Bowl
vaya a ser suplente el año que viene. No es agente libre, pero en la noche del
Draft es posible que algún equipo ofrezca alguna ronda por él.

Fin a sequías eternas

Tres de las peores rachas vigentes
de ausencia en Playoffs llegaron a su final en 2017. Los Jacksonville Jaguars
llevaban una década sin entrar en la fase decisiva de la temporada. El equipo
del norte de Florida se quitó ese peso de encima obteniendo su primer título de
la AFC Sur. Una feroz defensa (Sacksonville)
fue la clave principal. Y a punto estuvieron de colarse en la Super Bowl. Sólo
el enésimo milagro de Tom Brady (quién si no) lo impidió.

Otro equipo que llevaba mucho
tiempo (2004) sin probar el sabor de la postemporada eran los Rams. Cuando la
era del Greatest Show On Turf llegó a
su fin, la franquicia entró en una dinámica increíblemente negativa: ninguna
temporada con balance positivo entre 2005 y 2016 (ambas inclusive). Durante el
pasado verano, los Rams apostaron por el entrenador más joven de la historia de
la NFL moderna: Sean McVay, de 31 años. McVay convirtió al conjunto angelino en
el mejor ataque de la NFL cuando en 2016 había sido… el peor. Normal que le
dieran el premio al Entrenador del Año.

Pero sin duda la de 2017 será
recordada por el fin de la maldición de los Buffalo Bills. Los del Estado de
Nueva York llevaban ¡desde 1999! sin acceder a Playoffs. Bill Clinton todavía
era presidente de los Estados Unidos. Los Bills llegaron vivos a la última
jornada… pero necesitaban un milagro. La sorprendente derrota de los Ravens ante
los Bengals metió a Buffalo en postemporada y puso fin a la quinta mayor sequía
de la historia de la NFL. Los Jaguars les apearon a las primeras de cambio,
pero como se suele decir, que les quieten lo bailado.

Tom Brady sigue siendo eterno

Su temporada fue de más a menos,
pero aun yendo a menos ese nivel es muy superior al de más de la mitad de
quarterbacks titulares de la NFL. A sus cuarenta años, Brady lideró la liga en
yardas de pase (4577) y obtuvo su tercer premio al MVP de la Temporada. La
guinda iba a ser el sexto anillo, lo que hubiera sido récord histórico. Los
Eagles evitaron que agrandase más aún su leyenda, pero al QB de los Patriots no
se le puede reprochar nada: batió su propio récord de yardas de pase (505), dio
tres pases de TD y no le interceptaron ningún lanzamiento.

¿Es el
fin del ciclo de los Patriots? Brady quiere seguir jugando hasta los 45. Ningún
QB ha tenido su durabilidad, pero algún día tendrá que terminar. Y en la NFL
suele ser, literalmente, de un día para otro.

Lo peor de la NFL en 2017

No es oro todo lo que reluce. Todos
los años se dan situaciones que contrarrestan en parte los grandes logros que
se dan sobre el campo. Hablamos de dos clásicos: las lesiones graves y las
polémicas que poco o nada tienen que ver con el fútbol americano en sí.
Capítulo aparte merecen los Cleveland Browns, una organización que parece
empeñada año tras año en demostrar que siempre se puede ir a peor.

Las lesiones

Un tópico. En un deporte tan
intenso como el fútbol americano las lesiones de larga duración están a la
orden del día, pero lo de este año no ha sido normal. Julian Edelman, Ryan
Tannehill y Andrew Luck, entre otros, se quedaron fuera de combate para toda la
temporada antes de que esta empezara. Con la temporada en curso, cayeron
estrellas como Odell Beckham Jr. y J.J. Watt. Los que todavía están empezando
(Deshawn Watson, Myles Garrett) también sufrieron la cara negativa del deporte.

La plaga afectó al mismísimo Aaron
Rodgers. Una fractura de clavícula en la semana 6 le mantuvo el tiempo
suficiente fuera de los emparrillados como para que los Packers se quedaran sin
opciones de meterse en Playoffs. Cuando regresó ya era demasiado tarde. La de
Carson Wentz fue otra lesión que dejó helada a la liga. Los Eagles eran el
mejor equipo de la competición y él iba para MVP. Pero a tres semanas para el
final se rompió el ligamento cruzado anterior. Afortunadamente, su suplente
protagonizó una historia memorable para llevar a su equipo al anillo.

Aunque la imagen más escalofriante
fue la de la lesión de Zach Miller el 29 de octubre de 2017. El TE de los
Chicago Bears se disponía a atrapar un pase de TD cuando un mal aterrizaje hizo
que su rodilla fallara y se doblara de forma espeluznante. Adiós al football,
pero al menos pudieron salvarle la pierna.

Cleveland Browns

Una temporada de 1-15 de balance
deja un pequeño margen para ir a peor. Eso es exactamente lo que hicieron los
Cleveland Browns. Por segunda vez en la historia de la NFL (los pioneros fueron
los Detroit Lions en 2008), un equipo concluyó un año a 16 partidos con un
pleno de derrotas. Bochornoso. Los de Ohio van a cumplir veinte años siendo el
hazmerreír de la NFL. Una fábrica de memes.

Los Browns iniciaron en 2016 un
proceso similar al de los Philadelphia 76ers en la NBA: acumular elecciones de
Draft a base de traspasar jugadores y perder partidos. El resultado, un
lamentable 1-31 en las últimas dos temporadas. Uno de los padres de este
proyecto, Sashi Brown, fue despedido antes del final de la temporada regular. Hue
Jackson, el entrenador jefe que mareó a sus QB todo lo que quiso y más, sí
continuará el año que viene. Algo que cuesta mucho explicar.

Líos fuera del campo

En 2016 el Deflegate provocó el
enfado del dueño de los Patriots, Robert Kraft, con el comisionado Roger
Goodell. En 2017, Goodell se ganó la enemistad de otro peso pesado: el
mismísimo Jerry Jones. Todo por Ezekiel Elliott. Brevemente: el RB de los
Cowboys fue acusado de agredir a una chica durante su etapa universitaria. La
justicia absolvió al jugador, pero la NFL decidió suspenderle seis partidos por
violar la política de conducta de la liga. Una decisión que indignó a los fans
del Equipo de América. Finalmente, tras un sinfín de apelaciones, recursos ante
tribunales y amenazas de demandas, Zeke se rindió y acató su sanción tras jugar
los nueve primeros encuentros de la temporada. Una ausencia clave en el fracaso
de Dallas para entrar en Playoffs.

El otro gran tema fuera de los
campos fueron las críticas de Donald Trump. El número de jugadores que hincan
la rodilla durante el himno ha ido a más y el presidente de los Estados Unidos
lo criticó duramente a través de Twitter. La tensión con el POTUS llegó al
máximo cuando éste dijo en un mitin que estaría bien que los dueños de los
equipos despidieran “a esos hijos de p***
que se arrodillan durante el himno
”. De primeras, tanto la NFL como los
propietarios de los equipos se pusieron de parte de los jugadores, pero con el
paso del tiempo ha habido una división de la que Trump sale ganando.

Periodismo UCM. NBA en @SpheraSports y Sporting en La Voz de Asturias (@sporting1905).

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