Era un equipo que competía a cualquiera, pero no ganaba. Casi nunca. Por eso rozó el descenso (y lo pisó) durante gran parte de la temporada. Sin embargo, todo cambió de la noche a la mañana. En cuanto los jugadores entendieron y asimilaron los planteamientos de Quique Setién, la máquina empezó a funcionar.
Y funcionó tan bien que pasó de ser favorito a bajar a Segunda a ser el primer recién ascendido en lograr la permanencia matemática. De estar hundido en las catacumbas a respirar en mitad de tabla y empatarle a puntos a todo un Valencia. De jugar bien al fútbol, a jugar muy bien al fútbol.
- Posición: 11º (44 puntos)
- Balance: 12 victorias, 8 empates y 18 derrotas, 45 goles a favor, 53 en contra.
- Dato: La UD Las Palmas fue el tercer equipo que más puntos logró en la segunda vuelta respecto a la primera (de 18 a 26).
- Opinión: El circo de los jugones (Víctor M. Tavío, Grada Curva)
- El mejor: Jonathan Viera. Números de crack. A sus 26 años, ha firmado su mejor temporada en Primera División y ha liderado al equipo de su vida hacia la permanencia. Al igual que en su anterior etapa en el club canario, ha brillado muy por encima del resto y ha acabado la temporada con 10 goles y 8 asistencias. Un lujo.
- Máximo goleador: Jonathan Viera (10 goles)
- Once con más minutos: Javi Varas; David Simón, Aythami, Bigas, Dani Castellano; Roque Mesa, Vicente Gómez, Momo, Tana, Jonathan Viera; Araujo.
Temporada: En realidad, las primeras actuaciones del equipo de Paco Herrera en Primera no estuvieron nada mal. Hizo sudar al Atlético en el Calderón, empató ante Levante y Celta (en Vigo, empatando un 3-1 con uno menos) y ganó al Sevilla (2-0). Solo la derrota ante el Rayo (0-1) molestó de verdad.
Sin embargo, tres derrotas consecutivas fueron suficiente excusa para despedir al técnico que había llevado a los isleños a la Liga 13 años después (2-1 en el Camp Nou, 0-2 ante el Éibar y 4-0 ante el Getafe). Las razones, al parecer, tenían que ver más con diferencias personales que con el rendimiento del equipo. Pese a todo, La UD Las Palmas marchaba penúltimo cuando Quique Setién se hizo con el cargo.
A Setién, sin duda, le costó encontrar la tecla. Logró empatar al Villarreal (0-0) y perder con dignidad en el Bernabéu (3-1) antes de lograr su primera victoria ante la Real Sociedad (2-1). Luego firmó un empate en Mestalla que dio más credibilidad a los amarillos. Pero la perdió con las derrotas ante Sporting (3-1) y Deportivo (0-2). En la jornada 14, eran colistas de la Liga.
Y entonces comienza una remontada espectacular. Ganan por la mínima a Betis y Espanyol, empatan ante el Athletic (2-2) en San Mamés y ante el Málaga en el Gran Canaria (1-1) para acabar la primera vuelta tres puntos por encima del descenso.
El cuadro canario atraviesa un pequeño bache (cinco derrotas en seis partidos) que le devuelven a la zona peligrosa (algunos, como ante el Barça, no los mereció perder). Entre el 26 de febrero y el 11 de abril, los de Setién firmarían el mejor juego de la temporada, que se tradujo en seis victorias en siete partidos, con la única derrota in extremis ante el Real Madrid. Pasó de antepenúltimo a décimo y dejó Segunda a nada menos que 11 puntos.
Antes de acabar la Liga, aún le daría tiempo a lograr la mayor goleada del año ante el Espanyol, en un partido verdaderamente soberbio (4-0). En los meses clave, Setién encontró la fórmula para hacer funcionar a Las Palmas. Un aplauso.
Comparte la notícia
