Según informa el diario Superdeporte, el entrenador del Valencia Pako Ayestarán ha impuesto un duro régimen interno para controlar el buen comportamiento en el vestuario a través de multas.
De este modo, llegar al entrenamiento con la sesión iniciada le costará a los jugadores 3.000 euros; no asistir, 6.000 euros; no acudir a una sesión de rehabitilación, 3.000 euros; o usar el móvil durante reuniones en el gimnasio, hasta 200 euros si es reiterado.