No hay mayor demostración de la expresión que la palabra, pero sí diferentes formas de manifestarla y no exclusivamente con la voz. Cada cual habla como le apetece. Cada cual se expresa como sabe. Y un argentino Mudo, no es algo común.
Franco Vázquez es extraordinario. Su semblante es inusual, su forma de correr es singular, su forma de acariciar el balón es insólita. Pablo Machín ha destapado el tarro de las esencias. El técnico soriano ha convertido las dosis de fragancia del perfume del Mudo en un derroche constante de Channel número 5. El argentino ha justificado su presencia durante los 90 minutos de cada partido a base de fútbol. Sí, parece que está cansado, siempre lo pareció, pero Machín fue el único que nunca lo creyó. Franco es el tercer futbolista de campo del Sevilla Fútbol Club con más minutos disputados en la temporada 2018/19, solo por detrás de Sergi Gomez y Éver Banega. No solo podía jugar siempre, sino que debía hacerlo.
En el Ramón Sánchez-Pizjuán se baila tango. Cuando la dupla Banega-Mudo se asocia, el Sevilla Fútbol Club tiene mucho terreno ganado. Si se buscan y no se encuentran, el centro del campo sufre un cortocircuito letal. La realidad es que desde el pasado 8 de diciembre, por un motivo u otro, la pareja que hace jugar al conjunto hispalense solo ha coincidido sobre el terreno de juego en 20 minutos. Curiosamente, o no, los de Pablo Machín transitan por el momento más delicado de la temporada en cuanto a resultados y juego.
La sanción del Mudo llegó a su fin. Las rotaciones ya no estarán justicadas por la obligación de alternar a uno y a otro ante la imposibilidad de alinear a Franco en los partidos de liga. La teoría sentencia que Banega -e incluso Sarabia- pasan por el estado de forma más bajo de la temporada. Puede ser, pero la práctica puede negar la mayor cuando veamos al socio perfecto junto a ellos en los próximos encuentros. La voz del Mudo suena a fútbol en Nervión.
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