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Real Madrid

La Quinta de Trondheim

Me apetecía mucho ver al Madrid ayer. Más aún cuando vi la alineación. Siete españoles en el once, cinco de ellos muy jóvenes. Además, los cuatro extranjeros llegaron muy jóvenes al Real Madrid. Aquí un repaso rápido a los titulares de la Supercopa y su identificación con el club:

Kiko Casilla: canterano, llegó al Real Madrid con 16 años. 

Carvajal: ingresó en los alevines blancos con 10 años. Puso la primera piedra de Valdebebas.

Sergio Ramos: capitán actual, lleva 11 temporadas en el club, tras fichar en 2005 cuando tenía 19 años.

Varane: sexta temporada en el Madrid, donde llegó con 18 años, avalado por Zidane.

Marcelo: tenía 18 años cuando llegó en el mercado de invierno del 2007.

Casemiro: Fichó por el Castilla con 20 años.

Kovacic: Segunda temporada en el club. Llegó con 21 años en 2015.

Isco: Tras maravillar en el Málaga, el Madrid lo fichó con 21 años.

Asensio: Fichó por el Madrid con 19 años. La pasada temporada jugó cedido en el Espanyol. Este año se esperaba una nueva cesión, pero…

Lucas: Llegó al club con 14 años. 

Morata: Tras pasar por las categorías inferiores del Atlético y el Getafe, el Madrid lo fichó con 15 años. 

 

Echando un vistazo a estos datos, queda claro que los once jugadores que salieron ayer al Lerkendal Stadion saben lo que significa el Real Madrid. Unos más que otros, obviamente. Pero el mensaje que quiero transmitir es que es más fácil, como aficionado, sentirse identificado con jugadores como Lucas que con la BBC. Por muchos Balones de Oro y millones que cuesten y ganen, son jugadores que no han mamado el madridismo, ni siquiera por televisión. Cuando llegan como estrellas a un club de estas características, pocos entienden que la historia del club es superior a la suya, por muy de moda que estén.

No digo que no quiera extranjeros en el Madrid ni estrellas, pero sí que siento más cercanos los goles de los que marcaron ayer. Asensio es una perla con una pinta extraordinaria. El Madrid supo verlo (¿quién no?) y apostó por su fichaje. Ramos es el capitán y alma del equipo. Después de 11 temporadas en el club, todos le siguen desde que da el primer grito en el vestuario. Carvajal es un portento que ha luchado toda su vida por un momento como el de ayer: hacer historia con el club de sus amores. Los Isco, Morata y compañía también hicieron un buen papel. Pero por encima de todos está Lucas. Lucha, corre, tira desmarques, asiste y, por encima de todo, cree. Cree que hasta el último segundo se puede ganar si se lucha, lección de primero de madridismo. Ayer otro habría dejado de correr o lo habría hecho sin fe. Él no. Él encontró su hueco por la derecha para buscar la cabeza de Ramos en el 93 (bendito minuto). 

Lo de ayer demostró que el Madrid tiene una camada de jóvenes españoles que con oportunidades y confianza pueden dar títulos importantes al club. Sólo necesitan que apuesten por ellos. Zidane, que en términos de juego sigue sin convencerme, confió en Asensio por James. Quizás sea una pista para pensar que es el entrenador adecuado para dar paso a la Quinta de Trondheim.

1987, Pinto (Madrid). Periodista deportivo. Un año en Marca y seis en La Sexta Deportes. Fútbol y ciclismo.

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