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La promesa guardada

En Eindhoven se esconde una promesa que pudiera ser revelada por un búho que resguarda el presente y futuro de la pasión más grande que existe en la quinta ciudad más poblada de los Países Bajos. No hace mucho tiempo, en esta localidad, un príncipe de caireles luminosos llegaba para hacerse un hueco en una de las escuadras más poderosas del país de los tulipanes.

Con buenas actuaciones dentro del campo y una adaptación extraordinaria a una cultura extraña a la suya, Andrés Guardado se convirtió en uno de los pilares del mediocampo del Philips Sport Vereniging, mejor conocido como PSV. “El Principito” arribó a la ciudad sureña con la firme convicción de triunfar en una liga donde otros paisanos habían tenido buenas actuaciones. Sin importar que su entrenador lo adaptara en una posición distinta a la que venía desarrollando durante su carrera, Andrés convenció a propios y extraños transformándose en la conexión idónea entre el bloque defensivo y el ataque de los granjeros.

Al poco tiempo de estar en Holanda es cuando se consagró como campeón y mejor jugador de la competición asignándole, a la par de dichos logros, el brazalete que lo señala como capitán de la Selección Mexicana de Futbol liderando una de las mejores generaciones de futbolistas que jamás se hayan visto en el balompié azteca.

Su peculiar melena desapareció pero junto a él continúa su calidad futbolística para convertirse en un indiscutible de la Armada Roja y Blanca y de las águilas mexicanas. Tanto es así, que a principios del año que vivimos, tuvo que realizar una promesa que lo tiene en la antesala de luchar con su país por una medalla olímpica en Río 2016.

 

José Andrés Guardado externó su deseo de ser parte de la delegación tricolor que busca refrendar el oro olímpico conseguido en Londres 2012 como refuerzo mayor del combinado dirigido por Raúl “El Potro” Gutiérrez. En los oídos de su técnico, Phillip Cocu, resonó la ilusión de Andrés al cual convocó a una reunión para comentarle que, si quería la autorización de los rojiblancos para ir a los Juegos Olímpicos, tenía que conseguir la “ensaladera” que proclama campeón a quien conquista en la Eredivisie.

El jalisciense aceptó el compromiso lanzado por Phillip a sabiendas que, si obtenía el ansiado trofeo, el verano sería complicado conociendo que, además, es un inamovible del 11 titular de Osorio que tiene como objetivo la Copa América en los próximos meses.

El PSV continuó cosechando victorias y en la pasada jornada obtuvo el bicampeonato de liga en una dramática fecha que dejó al Ajax, su máximo rival, con las manos vacías.

Hoy en Eindhoven se vive una fiesta por la obtención del vigesimosegundo título liguero que ha recorrido las principales calles de esta urbe en forma de un desfile de cánticos al son de “campeones, campeones” pero, en un rincón del Philips Stadion, bajo una bandera verde, blanco y roja, permanece guardada una promesa que tendrá que cumplir Philip “El Búho” Cocu para que Guardado comande la expedición mexicana rumbo al podio olímpico.

Monterrey, 1989. Si dirigiera, formaría un 4-2-3-1. En el norte de México, siempre Tigres; en el norte de Londres, Arsenal.

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