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La piñata de Ámsterdam

Por un momento, retrocedamos unos años en el tiempo. Vayamos a una época en la que todo era más sencillo, una época en la que cualquier acción cotidiana se convertía en el descubrimiento de algo nuevo, y en la que nuestra única preocupación era el contenido del bocadillo que nos había preparado mamá para el recreo. Más concretamente, me gustaría que nos imaginásemos una fiesta de cumpleaños. Un patio decorado, repleto de niños. Los padres del afortunado cumpleañero, agobiados, intentando contener tanta energía y éste, a su vez, sintiéndose el rey por un día. Algo indispensable y que no podía faltar en una celebración como esta era una piñata. Algo que parecía inseparable, a la hora de la verdad, se ve destrozado por fuerzas superiores que, abalanzándose como depredadores famélicos, buscan desesperadamente el beneficio propio acaparando los dulces que logran atrapar. No hace falta que diga más, creo que entendéis por dónde van los tiros.

Volviendo al hoy, ese pasado que parece tan lejano, en realidad ocurre más a menudo de lo que apreciamos. En una comparativa con aquella batalla campal que era ‘la hora de la piñata’, el fondo sigue siendo idéntico aunque la forma haya cambiado con los años. De hecho, recientemente hemos vivido una de estas situaciones en las que algo unido que parece inseparable termina siendo prácticamente disuelto: el Ajax de Ámsterdam de la temporada 2018/19.

Aquel Ajax que maravilló a toda Europa con su épica aventura en la Champions League. Un equipo compuesto mayormente por jóvenes casi desconocidos que, sin saberlo, estaban destinados a formar parte de la élite futbolística del continente.

Eran una plantilla muy unida. Una plantilla en la que, varios de sus jugadores, habían crecido juntos a la vez que se formaban como futbolistas en las categorías inferiores del equipo amsterdamer. Realmente no eran conscientes de que la proeza que estaban logrando terminaría por provocar la separación de los miembros más trascendentes de la plantilla. Al fin y al cabo, ellos solitos se habían colocado en un escaparate plantándole cara al Bayern de Múnich en fase de grupos (2 empates), pasándole por encima a equipos como el Real Madrid y la Juventus en eliminatorias, y estando a un paso de plantarse en la final de la Champions. Dejémoslo en que Lucas Moura no es muy bien recibido en Ámsterdam desde aquel día.

Tal era la juventud de esta plantilla que su mayor exponente era Matthijs de Ligt. Defensa central y capitán de aquel Ajax, De Ligt comandaba a sus compañeros con una actitud como si llevase 10 años en la élite y hubiera pisado escenarios gloriosos en numerosas ocasiones. Salvando las distancias, recordaba a Puyol, el eterno capitán del FC Barcelona. Su manera de dirigir, de animar, de evitar trifulcas, su poderío físico, sus remates de cabeza… Hasta su posición en el campo eran idénticas… Se me olvidaba decir que tenía 19 años.

Matthijs de Ligt celebrando su gol en la semifinal de la Champions League. Detrás Frenkie de Jong. (ImagoImages)

Sus similitudes con ‘el eterno capitán’, su fantástica actuación en la Liga de Campeones y su juventud hicieron que se especulara sobre su posible futuro en Barcelona, un destino al que nunca llegó. Una vez terminada la temporada, se anunció su traspaso a la Juventus de Turín a cambio de 85,5 millones de euros. A pesar de que le costó unos meses adaptarse (algo totalmente normal), en Italia está desarrollando su juego y creciendo como futbolista. A día de hoy, con 21 años, está llamado a ser uno de los mejores centrales del mundo.

Otra pieza clave de aquel Ajax que sí terminó en Barcelona era Frenkie de Jong. Frenkie era el encargado de repartir juego, de salir con el balón jugado aunque el equipo rival presionase arriba, en definitiva, un medio centro organizador con pocos números goleadores pero con una calidad sobrehumana. Al terminar la temporada, fue traspasado al Barça por 86 millones de euros. En su primera temporada allí no brilló como se esperaba pues, entre otras cosas, las expectativas eran demasiado altas. Un Barça en transición no es un buen lugar para un joven con talento que necesita estabilidad. Aun así, tuvo la continuidad que necesitaba y dejó varios destellos de su enorme calidad que sirvieron para que, una temporada después, demostrase que no existe ni un solo motivo para dudar de él. Algo que juega muy a su favor es que, el aficionado culé, ve a Frenkie como uno de los pilares más importantes del Barça del futuro, por lo que es alguien muy querido en la ciudad y en el club.

Hakim Ziyech y Donny Van de Beek todavía como jugadores del Ajax. (ImagoImages)

Si bien es cierto que tuvieron que esperar una temporada más, en el reparto de este pastel, la Premier League no se iba a quedar sin su pedazo. Hakim Ziyech y Donny Van de Beek fueron los elegidos por Chelsea y Manchester United, respectivamente. Ziyech, extremo derecho, fue uno de los jugadores más importantes de aquel Ajax de cara a portería. Fue el máximo asistente del equipo (17) y el segundo máximo goleador (16), solamente superado por Dusan Tadic. El Chelsea pagó 40 millones por un Ziyech al que le costaría varios meses entrar en la dinámica ‘blue’, algo que cambiaría con la llegada de Thomas Tuchel a la dirección técnica. Desde entonces, el internacional marroquí juega un papel importante dentro de la plantilla y, aunque no suele completar los 90 minutos, a menudo es decisivo en los encuentros.

Van de Beek, por su parte, fue traspasado al Manchester United por 39 millones de euros. Su andadura por Old Trafford no está siendo beneficiosa para ninguna de las dos partes ya que Donny no ha sabido adaptarse, o desde otro punto de vista, Solskjaer no encuentra un sitio adecuado para él en el campo. Tras menos de una temporada con los ‘red devils’ ya se rumorea sobre su posible salida.

Otros jugadores que fueron traspasados tras aquella aventura en la Champions fueron Lass Schone (al Genoa), jugador que marcó goles importantes con la camiseta del Ajax en aquel torneo, y Kasper Dolberg, al Niza (20.5 millones). Algo que no se puede negar es que el Ajax hizo buena caja ese año.

Como si de una piñata se tratase, el Ajax de Ámsterdam que maravilló al mundo con su juventud y su descaro futbolístico fue separado a golpe de talonario por entidades con un nombre y prestigio contra los que poco se puede hacer. ¿Qué habría sido de aquel equipo si hubiesen seguido juntos? Quién sabe, quizá habrían puesto el nombre del Ajax entre la élite de Europa. O quizá no.

Desde Génova hasta Manchester, desde Londres hasta Niza, desde Turín hasta Barcelona… De alguna forma, aquel Ajax que maravilló al mundo sigue brillando.

Imagen de cabecera: ImagoImages

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