La mujer de los puños de hierro

Madrileña. Boxeadora. 27 años. 1,61m de altura. No más de 47 kilos de peso. Dos años como profesional dentro de un cuadrilátero y, desde este mes de junio de 2018, nueva campeona del mundo de peso mínimo de la Federación Internacional de Boxeo (IBF). Así es, de la manera más escueta, resumida y sencilla posible, la nueva identidad de la boxeadora española Joana Pastrana, la mujer de los puños de hierro.

Con decisión, sin ningún atisbo de duda en la mirada y mucho menos en sus golpes, la madrileña se enfundó el cinturón de campeona mundial en una velada perfecta. Dominando y controlando en todo momento el combate, Pastrana derrotó a la turco-alemana Ízlem Sahin a los puntos (97-93, 95-95, 96-94) convirtiéndose en la segunda española en la historia de este deporte en lograr un título mundial. Lo consiguió en 2003 María Jesús Rosa en peso minimosca y en un organismo diferente – en la Women’s International Boxing Federation (WIBF) en lugar de en la IBF, como ha sido el caso de Pastrana en este 2018 –.

No obstante, a pesar de la inmensa felicidad que le ha reportado este triunfo, que además ha tenido lugar a domicilio (concretamente en Alcobendas) frente a su gente, no todo ha sido un camino de rosas para Pastrana. Sus números asombran y, cómo no, asustan a sus rivales y provocan entendibles reacciones de admiración entre los seguidores de este deporte. Y es que la madrileña, además de este primer título mundial, es doble campeona de Europa (2016 y 2017) en la misma disciplina, peso mínimo. 

Pero el boxeo femenino en España aún tiene mucho camino por recorrer. Y que desde que se subiera por primera vez a un ring de boxeo, allá por 2013, la madrileña ha tenido que hacer frente a infinidad de situaciones adversas para lograr tener la sensación de estar practicando un deporte de manera verdaderamente profesional. La púgil española tuvo que combinar sus entrenamientos y diferentes veladas con su trabajo como camarera, lo que le obligaba a estar demasiadas horas de pie y provocaba que su rendimiento bajara. La falta de fondos para este deporte en España, especialmente entre las mujeres, provocó que a Pastrana no le quedara otra que ocupar las 24 horas del día entrenando, compitiendo y trabajando. Así fue hasta hace dos años, en 2015, cuando decidió que tenía que focalizar todos sus esfuerzos en el boxeo.

Así lo hizo, comenzó a competir de manera internacional y, de manera meteórica, ya podemos decir que es una auténtica campeona del mundo. No obstante, a pesar de dichos logros en un periodo tan corto de tiempo, la madrileña no se conforma y pide más. Sus deseos de competir y su hambre de ganar no cesan y, en medio de su ardua búsqueda de nuevos patrocinadores para futuras veladas, la española ya se pone nuevas metas. Su deseo es lograr alzarse campeona en dos organismos diferentes para proclamar su hegemonía en peso mínimo a todos los niveles. Dejen paso a la mujer de los puños de hierro. Tiempo, ganas y, sin duda, gancho tiene para lograr esto y mucho más.