La improvisación de Óscar Arias

La planificación no existe, son los padres. En el fútbol,
planificar es improvisar constantemente. Una verdad absoluta que suele acuñar
un referente como Jose Manuel García (@butacondelgarci) y que firmo abajo en
negrita y subrayado si hace falta. La improvisación de Óscar Arias en enero es
una forma de admitir los errores cometidos en su primera gestión como director
deportivo del Sevilla Fútbol Club. Y la improvisación invernal parece ser más
acertada que la estival. Arana, Layún, Roque Mesa o Sandro ilusionan a la
afición y elevan el nivel de la plantilla.

REESTRUCTURACIÓN EN DEFENSA

Con la llegada de Montella, una de las primeras decisiones
del técnico italiano fue la de olvidarse del Mercado lateral para centrarlo en
la zaga y así, potenciar sus dotes de liderazgo e imprimir el carácter que el
argentino posee a sus compañeros. Por ello, el objetivo de Óscar Arias para
reforzar la defensa dejó de ser un central para ser un lateral. Tras la
imposibilidad de firmar a Aleix Vidal, Miguel Layún ha sido el elegido. El
mexicano quiere llegar en forma al próximo Mundial de Rusia y su polivalencia
le pueden otorgar los minutos con los que no contaba en el FC Porto. Para el
lateral izquierdo, el primero en llegar fue un Guilherme Arana que de momento
tiene que recuperarse físicamente tras su temporada en el Sao Paulo, pero en el
que se confía como uno de los futbolistas que pueden marcar diferencias en un
futuro no muy lejano.

FÚTBOL PARA LA MEDULAR

Uno de los grandes problemas en este Sevilla es la creación
de juego. Banega o muerte. No había más. Pizarro no ha estado a la altura del
club, N’Zonzi ha estado pensando más en su salida que en demostrar sus
cualidades con la elástica sevillista, Banega estaba solo. Ganso y Franco
Vázquez son futbolistas que se sienten más cómodos cerca del área que en el
círculo central moviendo a sus compañeros. Krohn-Dehli ni siquiera estuvo a la
altura como parche con su entrenador de cabecera. Con Roque Mesa, todo cambia.

El centrocampista canario puede jugar de cinco, como hombre
más retrasado. Está capacitado para robar, ocupar espacios y ejecutar
coberturas a quien lo necesite. Su inteligencia táctica no es más que un
añadido más a su despliegue físico y a su técnica precisa. Puede liberar a
Banega, que podrá jugar más adelantado para ser más determinante en los metros
finales. Puede devolver a N’Zonzi su deseo de ser el box-to-box que fue en la
Premier, y donde mejor se desenvuelve como futbolista gracias a su potencia y
su zancada. Puede dosificar a Franco Vázquez, más limitado físicamente que sus
compañeros.

Roque Mesa es el pegamento perfecto entre la defensa y la
zona ofensiva. Un antiguo deseo que se ha hecho realidad y una oportunidad para
el propio futbolista para dar el salto definitivo en su carrera.

Y EL GOL…

Muriel no es delantero. Ben Yedder se desenvuelve mejor en
el área pero no termina de convencer más allá de sus números. Hacía falta un
asesino dentro del área. Un futbolista que aproveche cualquier balón dentro del
área para llevarlo al final de la red. Un tipo que remate los centros de
Sarabia o de Sergio Escudero, un tipo que no piense en otra cosa que no sea
marcar goles. Sandro. A sus 22 años, el ex del Málaga no ha tenido
oportunidades en el Everton y vuelve a La Liga para seguir ampliando sus
registros. No hay mejor sitio que Sevilla para crecer.

Saldrá mejor o peor, se habrá hecho más tarde que pronto,
pero la improvisación de Óscar Arias cuando la alarma empezaba a sonar,
ilusiona. Solo el tiempo nos revelará si detrás de ésta improvisación puede
existir el proyecto. Ahora, el trabajo de las oficinas pasa al terreno de
juego. Ha llegado la hora de improvisar con el balón.