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Premier League

La ilusion de un barrio londinense

30-05-2016. Esta fecha puede no significar nada para la mayoría de nosotros. Un lunes cualquiera. Pero hay un grupo de personas que nunca la olvidarán: Los aficionados del AFC Wimbledon.

Contexto

El AFC Wimbledon es el heredero de un equipo histórico del barrio londinense de Wimbledon (aquel en el que se celebra el famoso Grand Slam), el difunto Wimbledon FC.

Este histórico equipo (fundado en 1889), atravesando graves problemas económicos, se hundía en Championship tras haber pasado recientemente por la época más gloriosa de su historia (14 años consecutivos en la Premier con el broche de la FA Cup ganada al Liverpool en 1988).

Sus dueños, dos multimillonarios noruegos (Kjell Inge Røkke y Bjørn Rune Gjelsten) que compraron el club en 1997, recibieron una oferta tentadora: vender el club a unos empresarios que lo llevarían a Milton Keynes, ciudad de 230.000 habitantes situada a 72km de Londres, la más grande de Inglaterra sin un club de futbol profesional. Oferta tentadora que aceptaron de inmediato. El club pasó a llamarse Milton Keynes Dons (para más inri, “The Dons” era el apodo con el que conocía al antiguo Wimbledon FC). Un negocio exitoso.

Era el año 2002 y un histórico con 115 años de historia decía adiós. Hubo protestas, hubo manifestaciones, pero todo fue en vano. La afición no tenía ni voz, ni voto.

 

Reacción

El 30 de mayo de 2002 un grupo de aficionados liderados por Kris Stewart se reunieron para decidir que podían hacer. Decidieron crear un nuevo club, un club que honraría al que llevaban en los corazones, un club en el que los aficionados tendrían el poder. Un club de la gente, para la gente. Nació el AFC Wimbledon.

El club se quedó sin casa en 1991, cuando tuvieron que abandonar su antiguo estadio (Plough Lane) por no cumplir con las normas de seguridad exigidas por la nueva Premier League (normas derivadas del incidente de Hillsborough en el que murieron 96 hinchas del Liverpool en 1989). El nuevo club decidió instalarse en Kingston Upon Thames (asentamiento del sur de Londres) y jugar en un pequeño estadio con capacidad para 4.850 espectadores.

 

Y el equipo empezó a rodar, comenzando desde el pozo, la novena categoría del futbol inglés. Sin dinero, sin nadie que creyera en ellos, pero con ilusión y fe, ¿qué podía salir mal?

El equipo, siempre apoyado por su fiel afición, fue acumulando ascensos hasta alcanzar la League Two (cuarta categoría del futbol inglés) en 2011. Nueve años y cinco ascensos después, ya eran un club profesional.

 

League Two

La League Two es la primera categoría profesional de Inglaterra; en ella militan clubes históricos con una gran masa social detrás (caso actual del Portsmouth) por lo que asentarse en la misma no iba a ser sencillo.  Tocaba sufrir.

El 10 de octubre del 2012 se fichó como entrenador a Neal Ardley, antigua leyenda del club (disputó 11 temporadas como womble en el periodo 91-02). Con su llegada vino la estabilidad, consiguiendo mejorar las prestaciones del equipo año a año:

2011-12: 16º; 54 pts

2012-13: 20º; 53 pts

2013-14: 20º; 54 pts

2014-15: 15º; 58 pts

2015-16: 7º; 75 pts

 

Ascenso

Tras una racha final de 6 victorias en los últimos 8 partidos de liga, el equipo consiguió clasificarse para el play-off de ascenso por primera vez en su historia.

En primera ronda se enfrentaron al Accrington Stanley, cuarto clasificado. Tras una victoria por la mínima en Kinsgmeadow (gracias a un gol del canterano Beere en el 93), un gol en la prórroga de Lyle Taylor (autor de 20 tantos esta temporada) en la vuelta les clasificó para la final de Wembley; el rival sería el Plymouth Argyle, equipo sureño que militó en Championship no hace mucho. 27 años después de la victoria ante el Liverpool, volvían al campo más mítico de Inglaterra. Un estadio histórico para hacer historia.

 

30 de mayo. Respaldados por 30.000 aficionados, entre los que se encontraba el conocido escritor americano John Green (confeso hincha womble), el sueño se hizo realidad. Con goles de Taylor y Akinfenwa (una mole de 102kg apodada “the beast”) obtuvieron el ascenso.

 

¿Y ahora qué?

El AFC Wimbledon jugará en League One por primera vez en su historia, pudiendo así enfrentarse a su némesis: El MK Dons. El equipo de Milton Keynes ha descendido esta misma temporada de Championship, por lo que los londinenses podrán verse cara a cara con el equipo que motivó su desaparición y curar sus heridas. Claman venganza.

Esta misma temporada se ha puesto en marcha un proyecto para construir un nuevo estadio en el barrio que les vio nacer, cerca de donde se ubicara el antiguo Plough Lane. La idea es erigir un campo con capacidad para 11.000 espectadores (ampliable a 22.000) que permita que el club siga evolucionando, pudiendo albergar a los múltiples aficionados que se van uniendo al proyecto. Es hora de volver a casa.

 

El futuro del AFC Wimbledon se presenta ilusionante. En estos catorce años sólo se han dado pasos hacia delante, demostrando que un nuevo modelo de club es posible. Un club propiedad de sus aficionados.

En el futbol negocio actual, en donde cada vez prima más el dinero en detrimento de los intereses de los aficionados, casos como el de este modesto equipo de barrio sirven como espejo de lo que el futbol un día fue, y debería seguir siendo. Les quitaron su equipo y les quitaron sus trofeos, pero se levantaron; les quitaron todo menos la ilusión de una afición que les empujará hasta su último aliento. El sueño de la Premier parece una quimera, pero no mayor que ver al Leicester City campeón.

1993. Bilbaino. Escribo en @spherasports. Futbol como hobby, Athletic Club como religión.

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