El Barcelona está una temporada más dónde quería estar a estas alturas. Líder destacado en Liga, en cuartos de la Champions y en la final de la Copa del Rey. Como cada año, la duda ahora reside en saber cómo se comportará el equipo en el mes clave: abril.
A diferencia de temporadas anteriores, el Barcelona llegará al parón de selecciones habiendo mostrado su mejor cara en Europa. El Barcelona 18/19 es un equipo que ha sabido competir bien en Champions, con algunas de las mejores actuaciones de la temporada como el partido de Wembley o la primera mitad del partido de vuelta contra el Lyon.
Parece claro que, sin regalar nada, el objetivo principal del Barcelona es ganar la Champions y la mayoría de los esfuerzos los están destinando a ello. Tanto en Copa como en Liga al equipo le ha bastado con jugar muchos partidos a medio gas, dosificándose. La simple presencia de Messi, además, es suficiente para decantar la balanza en infinidad de partidos de las competiciones domésticas.
De cara al objetivo, las eliminaciones de Madrid, Atlético, PSG o Bayern allanan el camino, pero alertan de que todo puede ocurrir. La principal virtud de este Barcelona es que, pese a sus momentos de flaqueza, está demostrando ser un rival difícil de batir. Que se lo pregunten a Sevilla, Madrid o Lyon este último mes. De hecho, desde la derrota contra el Betis (3-4) de la primera vuelta, el Barcelona ha sumado 19 victorias, 6 empates y solo 2 derrotas (en Copa, en las idas contra Levante y Sevilla con dos onces híbridos).
Una de las claves del éxito reside en que Valverde ha conseguido que hasta 14/15 jugadores se sientan útiles e, incluso, titulares. Al once de gala, le sumamos los Semedo, Vidal o Coutinho como principales alternativas y un Aleña en pleno crecimiento. Sin contar a un Umtiti mermado por las lesiones.
Quedan 16 partidos, 16 finales y el Barcelona comienza a creérselo. El United, el principal reto a día de hoy, espera.
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