Nos acercamos a la recta decisiva de la temporada, los meses en los que se
decide todo, y en los que jugadores como Carlos Bacca, cedido por el Milan pero
con deseos de quedarse en España, aspiran a seguir en los clubes donde son
felices.
Es el caso del delantero colombiano, que se siente a gusto en Villarreal,
que ha sido tratado como una estrella desde su llegada, que es considerado un
ídolo para la afición amarilla y que es el principal exponente en ataque tras
la salida de Cédric Bakambú. En Castellón están contentos con su rendimiento,
pero saben que puede dar mucho más. Que todavía no es el Bacca que atemorizaba
a sus rivales en las filas del Sevilla.
“Espero que los clubs lleguen pronto a un acuerdo para la tranquilidad y el
bien de todos. Quiero seguir porque tanto yo como mi familia estamos muy a
gusto”, dijo Bacca tras el partido contra el Betis, en el que marcó de penalti
y alcanzó los 100 goles desde que aterrizó en Europa. En este curso ha anotado
10, y ha marcado o asistido en cinco de las últimas seis jornadas disputadas en
Liga. Su mejor encuentro, ante la Real Sociedad, donde firmó un golazo con
regate incluido a Toño y asistió a Fornals en otro.
En el Milan parece que no cuentan con él para la próxima temporada, pese a
que supera con creces a los fichajes rossoneros en ataque. Entre André Silva y
Kalinic se gastaron 63 millones. El primero lleva ocho goles (ninguno en Serie
A) y el segundo la mitad (4). La opción de compra asciende a 14 millones de
euros, pero el Submarino ya negocia un traspaso a una cantidad inferior,
consciente de que se trata de un jugador que en septiembre de este año cumplirá
los 32 años.
De los goles de Bacca de aquí
a final de temporada dependerán muchas de las opciones del Villarreal de
regresar a Europa o de hacer un buen papel en Europa League. Con Sansone
lesionado, Roger en baja forma y Ünal creciendo poco a poco, la responsabilidad
recae sobre los hombros de un ariete que, en su mejor versión, es uno de los
mejores de la Liga.