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La heroica Islandia culmina su hazaña

Con el pase de la fase de grupos en la mano de ambas selecciones por primera vez en su historia, Islandia y Austria saltaron a la hierba de Saint-Denis envueltas en un ambiente fantástico por parte de las dos hinchadas. Y muy pronto iban a vivir el primer sobresalto.

Apenas unos segundos después del pitido inicial, un taconazo de Sigurdsson lo empalaba de primeras Gudmundsson con el alma para estrellar el balón en la misma cruceta como un relámpago. A la selección de Lars Lagerbäck le valía el empate para clasificarse y, sin embargo, fue el equipo que tomó las riendas ofensivas del encuentro durante los primeros compases a través de la frescura en la asociación de Gudmundsson y Bödvarsson por el flanco derecho. Una soltura ya habitual en las líneas adelantadas de los islandeses aunque la tardanza excesiva de Halldórson ante la presión de Arnautovic a punto estuvo de costarle a Islandia el primer tanto en contra así como el considerable sonrojo de su arquero.

Pese al susto, era Islandia la que tenía mayor empuje y voluntad para adelantarse y desde ahí, poder orientar luego el resto del partido con la ventaja en el marcador. Y así fue. Un saque de banda Gunnarson a la olla, lo prolongó de cabeza Árnason y lo recogió Bödvarsson ante la pasividad de la zaga austriaca para convertirlo en gol tras cruzar con facilidad a la red ante un inmóvil Almer en el minuto 18. Simple, directo y efectivo. Y la locura se desató entre los vikingos que poblaban el Stade de France y que veían ya muy cerca la consumación de la hazaña.


En Austria, sólo Arnautovic parecía tener espíritu para seguir remando mientras Alaba seguía desaparecido en combate tratando de descifrar en qué posición del campo situarse para incidir mínimamente en el fútbol de los de Marcel Kolller. Islandia, por su parte, sólo quería ese gol que ya tenía y el empuje austriaco se hizo prácticamente inevitable gracias a los ánimos y las intentonas individuales del delantero del Stoke City. Aunque no fue en una acción que brotase de sus pies cuando Austria tendría la opción de empatar.

Un agarrón inocente de Skúlason sobre Alaba cuando el del Bayern parecía no poder llegar al balón, le daba a Dragovic la oportunidad de igualar la contienda desde el punto de penalti pero el defensa del Dinamo de Kiev -siguiendo el ejemplo de otro central ilustre del torneo- enviaría la pelota a la base del poste desperdiciando la pena máxima y exacerbando los nervios en el seno de su selección. Y sólo era el minuto 36.

Tras la reanudación, Koller no tenía tiempo que perder y dio entrada a la vez a Janko y a Schöpf en lugar de Prödl e Ilsanker para ir con todo a por la victoria: el único camino de Austria para poder jugar los octavos de final. Arnautovic, en modo «follow the leader», puso la primera pelota de gol en el área islandesa con un gran centro pero, tras el rebote de la zaga, Alaba no acertó entre los tres palos debido al despeje providencial de un incólume y salvador Árnason bajo la línea de gol cuando Halldórson estaba ya vencido.

Schöpf ya había avisado nada más entrar tras el descanso y quince minutos más tarde, aprovechaba el agujero en la media luna por parte de la defensa islandesa para pisar zona de peligro y, después de un recorte de mucha clase, cruzar de zurda por abajo y lejos del alcance del meta islandés. Austria había sufrido para empatar y ahora, con media hora por delante, sí que parecía tener alas para culminar la remontada.

El asedio austriaco pasó a ser total. Los pies de Halldórson evitaron el tanto de Janko e Islandia comenzaba a dar síntomas de resquebrajarse por la parte central de su defensa mientras que solamente la falta de puntería de Austria impedía que le diesen la vuelta definitiva al marcador. Era ataque posicional permanente contra un muro de hormigón armado azul que presentaba resquicios. Bödvarsson, ya sustituido, pedía clemencia y fortuna a la providencia desde el banquillo y ésta le respondió. A él, el hombre del partido, y a todos los islandeses.

Con Almer ya situado como líbero y subiendo a los saques de esquina en busca de la épica que nunca llegó, Traustason iba a poner la guinda con el gol de la primera victoria de Islandia en un gran torneo en el último suspiro del partido tras una contra de libro conducida por Teddy Bjarnason y que supone, a la postre, la clasificación del combinado dirigido por Lagerbäck como segunda de grupo. Una gesta inimaginable.

Islandia lo ha conseguido. La solidaria Islandia, la Islandia de los imposibles, la Islandia rebosante de ilusión, la de los 330.000 habitantes que arrastra consigo a Francia a un 15% de su población, la Islandia que sacó de quicio a la Portugal de Cristiano Ronaldo y que ahora buscará hacer lo mismo ante la Inglaterra que inventó este bendito deporte en el que Islandia ha alcanzado en esta Eurocopa la élite europea por primera vez para quedarse a vivir en ella. La Islandia soñadora sigue y seguirá soñando.

PUNTUACIONES

ISLANDIA (4-4-2): Halldórson (8); Saevarsson (6), Ragnar Sigurdsson (6), Árnason (9), Skúlason (5); Gudmundsson (7), Gylfi Sigurdsson (7), Gunnarsson (6), Birkir Bjarnason (6); Bödvarsson (8), Sightórsson (6). Sustitutos: Teddy Bjarnason (7), Traustason (7), Ingason (5).

AUSTRIA (3-4-1-2): Almer (6); Prödl (5), Dragovic (3), Hintereger (5); Klein (6), Islanker (5), Baumgartlinger (7), Fuchs (6); Alaba (6); Sabitzer (5), Arnautovic (7). Sustitutos: Janko (6), Schöpf (7), Jantscher (5).

 

 

Sevilla. Periodista | #FVCG | Calcio en @SpheraSports | @ug_football | De portero melenudo, defensa leñero, trequartista de clase y delantero canchero

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