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Fútbol Español

La España de Aritz y David

David nunca ha tenido cerca la titularidad real de la selección desde que debutó hace dos años. Aritz llevaba seis sin recibir una sola llamada. Una década les separa, pero hay algo muy fuerte que les une: David y Aritz, Aritz y David representan el cambio de una España encadenada al pasado.

Y es que, de no ser por ellos, a buen seguro la Roja habría perdido de manera estrepitosa ante Italia. Ambos fueron titulares en Udine, desconocemos si por recompensa al rendimiento de los últimos meses o como prueba de cara a la Eurocopa. El caso es que, en un mal partido de los nuestros, De Gea y Aduriz sobresalieron por encima del resto. De todos.

El primero firmó hasta ocho paradas, algunas de verdadero mérito que sostuvieron a los de Del Bosque en el partido. Nada pudo hacer en el gol de Insigne, neutralizado por nuestro segundo protagonista. Morata, en posición adelantada, remató para el rechace de Buffon. Por allí, como viene haciendo durante toda la temporada, apareció Aduriz para poner el 1-1 en el marcador. Era su primer partido como titular en la Roja.

Ambos dieron la razón a todos aquellos que reivindicaban su lugar no solo en la convocatoria, sino en el once. Pero no era cuestión de clamor popular, sino de sentido común, de sensaciones y números. Cada fin de semana vemos exhibición tras exhibición del portero de un Manchester United en caída libre del que solo se puede salvar el madrileño. Cada fin de semana vemos goles y goles del, sin duda, mejor delantero nacional esta temporada. A Aduriz le avalan nada menos que 31 tantos, más del doble que Diego Costa, diez más que Alcácer y Morata juntos.

Si el nivel mostrado por uno y otro continúa hasta final de campaña, ya no dependerá de ellos. Del Bosque, tras años de compromisos y amiguismos, debe hacer prevalecer la meritocracia a los nombres. En un torneo tan corto como la Eurocopa, contar con un meta y un goleador de la altura de De Gea y Aduriz es un lujo que deberíamos podernos permitir. No debe importar el pasado, el brazalete ni la edad. Esta ya no es la España de Iker y Xavi. Debe ser la de Aritz y David.

Alicante, 1991. Mi madre siempre me decía: "No sé por qué lloras por el fútbol, sino te da de comer". Desde entonces lucho por ser periodista deportivo, para vivir de mis pasiones (y llevarle un poco la contraria).

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