Emotiva y merecida a partes iguales. Así fue la despedida de Pablo Prigioni de la que fue su casa deportiva, con el antiguo TAU creció y creció hasta ser uno de los mejores bases del panorama FIBA. Su estancia en la NBA no fue tan brillante como la europea, pero nadie puede dudar de la profesionalidad de este argentino con corazón vitoriano. Gracias Pablo