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Piet Keizer y la transición del fútbol ingenuo al total

 

Falleció Piet Keizer y con él se extingue la llama de la Era gloriosa del fútbol holandés, coincidiendo con los duros momentos que atraviesa el balompié de este país europeo. Su muerte tocó hondo en todos los involucrados en el mundo de este deporte. Cuando la Real Federación de Fútbol de los Países Bajos confirmó su deceso días atrás, el seleccionador holandés Danny Blind manifestó su consternación. “Su muerte duele. Era un maravilloso futbolista y un pensador inspirado por el fútbol”, arguyó en tan difícil momento.

Keizer no entró a la inmortalidad sólo por sus 34 apariciones con la selección holandesa o por las tres Copas de Europa que levantó con el Ajax de Ámsterdam. Su legado fue mayor, ya que representó esa transición histórica que convirtió al fútbol de los Países Bajos en uno débil y sin personalidad a uno gigante y revolucionario. Es un símbolo. Fue Piet quien lideró a ese inmortal conjunto de la capital del país del norte de Europa, quien cobijó a un joven Johan Cruyff y quien encarnó los duros momentos de Holanda antes de ser dos veces subcampeona del mundo en 1974 y 1978.

Foto: ajax.nl

Cuando el Ajax inició su andadura a la historia, Piet Keizer fue el primer jugador en firmar un contrato profesional, el segundo fue un tal Johan Cruyff, socio ideal que le incluyó en su once histórico. El extremo izquierdo inmortalizó la tijera y fue la referencia que compitió con el DWS de Rinus Israel, el PSV del portero Jan Van Beveren o el Feyenoord de Coulin Moulijn. Precisamente estos cuatro personajes conjugaron uno de los equipos de los Países Bajos más prometedores de todos los tiempos, ese que miró en México la posibilidad de jugar una Copa del Mundo y combatir contra los grandes. Sin embargo, el sueño se difuminó. Bulgaria fue un duro escollo y terminó por postergar la ilusión igualando 1-1 sorpresivamente en Rotterdam.

Paradójicamente, Holanda ingresó cuatro años más tarde a una Copa del Mundo. Sin embargo, no muchos saben que estuvo cerca de quedarse eliminado en el último duelo clasificatorio. Bélgica fue también un duro rival y anotó un gol que hubiese eliminado a los anaranjados si el principal no hubiese pitado una dudosa posición adelantada. El resto es historia. Keizer incluso estuvo seleccionado en el histórico conjunto que maravilló al planeta en 1974, aunque no disputó ningún minuto. Su carácter le hizo tener problemas con los métodos férreos de Rinus Michels y con Hans Kraay, su último entrenador en el Ajax. No quiso aceptar ofertas y se retiró en el equipo de su vida.

Leer más: El once ideal de Johan Cruyff

Keizer inmortalizó la tijereta como una jugada propia. Fue ese pequeño recuerdo de una Holanda no competitiva cuando empezaba a emerger en el plano internacional, y dio ese cobijo a Johan Cruyff para ser la referencia del futuro ex astro del fútbol mundial. Holanda le recuerda. El fútbol le extraña.

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