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Real Madrid

Karim, el gato convertido en león

Hay jugadores que viven alejados de la opinión pública. Ajenos a los elogios y a las críticas, en su cabeza solo pasa aquello de dar lo mejor de sí en cada partido, ayudar al equipo y superarse a uno mismo. Karim Benzema, gato mutado en león, capitán general disfrazado de gregario durante tanto tiempo, es esa clase de futbolista. 

“Yo juego al fútbol para hacer historia, para ir al máximo nivel. A veces la gente no entiende bien lo que hago en el campo. Juego para la gente que le gusta el fútbol, para la gente que sabe mucho de fútbol.” Eso declaró Karim, sonrisa escondida bajo la nariz, en una época lejana en la que los críticos acechaban. Ha llovido mucho desde ahí, pero su discurso sigue vigente. Karim Mostafa Benzema desprende fútbol a raudales. Un director de orquesta cuando baja a recibir el balón; un termómetro para adaptar el ritmo a las necesidades del equipo; un tiralíneas experto en generar espacios y un asesino en serie cuando pisa el área. Domina todos los registros y, hoy por hoy, es amo y señor del Madrid. Si Karim estornuda, el Real se constipa.



Me confieso devoto de Benzema desde sus tiempos en Gerland. Coincidiendo con la llegada de Kaká y de Cristiano Ronaldo, Karim fue la tercera espada que aterrizó en Madrid para el superproyecto de Florentino Pérez. En la casa blanca, Benzema asumió el rol de escudero de un CR7 que, con el paso del tiempo, tendió a acercarse más hacia el centro, lo que alejaba al francés de la portería. En mi cabeza, durante todos estos años, una pregunta sin respuesta me rondaba: ¿Cómo hubiera sido una sociedad formada por Benzema y Messi? Desde mi punto de vista, los dos entienden el fútbol del mismo modo y son superiores a todos porque sus decisiones se ejecutan con un segundo de antelación a las de sus rivales. El sueño de ver a ambos compartiendo camiseta y escudo no se cumplirá jamás, pero la imaginación, siempre incierta, me dice que aquello hubiese sido algo descomunal. 

Volviendo a lo real, sin protestar ni poner nunca una mala cara, Benzema se instaló en la sombra de Cristiano durante casi una década. Así hablaba Karim sobre la BBC: “Tenías un cohete (Bale) y a un anotador (Ronaldo), luego estaba yo, la pieza para que todo funcionara”. Nada más lejos de la realidad. En el verano de 2018, cuando el portugués decidió hacer las maletas y probar suerte en Turín, la carrera de Karim dio un giro radical. El Real Madrid, huérfano del gol y del liderazgo de Cristiano y con un Hazard que nunca ha sido el mismo por el que se desembolsaron 115 millones de euros, encontró en Benzema un tipo al que le daba igual sostener a todo el equipo, con el peso histórico y la presión que eso conlleva, que no tenía problemas a la hora de ejercer de líder después de la marcha de Cristiano y que, en secreto, estaba casado con el gol. 

Con Benzema asumiendo el papel de faro del equipo, los números hablan por sí solos. Máximo anotador madridista en las dos últimas campañas, en esta temporada lleva ya 28 goles, tercera mejor marca desde que viste la elástica blanca y a solo 4 tantos de igualar los 32 que consiguió bajo los mandos de José Mourinho. Además de cantidad, en la faceta anotadora de Benzema destaca la cualidad y el momento. Goles importantes, psicológicos, de los que te dan puntos o te levantan el ánimo, goles en los días que el equipo está poco inspirado o en los instantes en que la tempestad acecha el barco merengue. Ante el Chelsea, el delantero galo logró con su tanto detener una avalancha que estaba engullendo al Real Madrid. Además, le situó como el cuarto máximo goleador de la historia de la Champions, con 71 goles, solo superado por CR7 (134), Messi (120) y Lewandowski (73). Casi nada. 

Con esta volea niveló la contienda Karim Benzema – ImagoImages

En el Santiago Bernabéu su estatus de soldado está ahora olvidado y es el almirante al que todos obedecen y se amparan. Después de superar a Puskas y convertirse en el quinto máximo goleador de la historia de la entidad, de Karim dependen gran parte de las aspiraciones del Real Madrid. En sus botas empiezan y terminan las jugadas y de su cabeza nacen las ideas para que el Madrid imponga su juego. “Me alegro de lo que está haciendo Karim. Es un jugador muy importante para nosotros, y no solo por sus goles. Hace jugar a los demás”. Palabras de Zidane en rueda de prensa. Si Benzema está inspirado, el Madrid carbura y tiene medio trabajo hecho. 

El adolescente que cambió Lyon por Madrid es ahora el pilar fundamental de su equipo. Sin el renombre de otros, Benzema es el líder de la manada e, indudablemente, uno de los mejores y más completos jugadores del planeta. Calidad e inteligencia superior se juntan con un instinto demoledor y una plasticidad que convierte en bello cada movimiento. Karim, un bailarín por el que merece la pena pagar una entrada. 

Hace mucho, mucho tiempo, Mourinho se refirió a Benzema de esta manera: «Si no tienes un perro para ir a cazar y tienes un gato, vas con el gato«. Años después, el gato ha evolucionado a león y ya es desde hace tiempo el Rey de la Selva.


Imagen de cabecera: ImagoImages

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