Durante el calentamiento del partido entre el Holstein Kiel y el St. Pauli, ultras del equipo local, de ideología de ultraderecha, se lanzaron al campo para atacar a los aficionados rivales en la grada contraria.
Los futbolistas del St. Pauli, un club de Hamburgo con claro compromiso institucional y social con la ideología de izquierdas, se encargaron junto a la seguridad del estadio de frenarles. Posteriormente también devolvieron algunas banderas robadas a su afición.
El partido se lo terminó llevando por 0-1 el St. Pauli, con un gol de Flum.