Durante un partido disputado en el fútbol saudí se pudo ver una violenta reacción de un futbolista, tras ver amarilla. La cuestión nace de una falta que, a priori, parecía a su favor, pero el colegiado se la señaló en contra. Ésto provocó una desmesurada reacción del jugador árabe, golpeando varias veces al árbitro, y teniendo que intervenir incluso algunos de los jugadores que estaban sobre el césped.