John Degenkolb tuvo un gesto muy feo durante el Mundial de Ciclismo en ruta con el belga Jens Debusschere: rociarlo con agua de su bidón en la cara en plena carrera. El tremendo calor -que más tarde provocaría que el propio ciclista alemán sufriese un desfallecimiento-, la tensión de la cita y la rabia de Degenkolb al no poder culminar su escapada propiciaron su frustración pero un gesto antideportivo no tiene justificación.