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Joachim Löw y la continua evolución de Alemania

Que el fútbol es un juego de once contra once en el que siempre ganan los alemanes es un dicho común bastante aceptado, aunque obviamente de imposible realización. Sin embargo, si hay alguien que puede presumir de haber cumplido en gran medida con la frase atribuida a Gary Lineker y Jorge Valdano, ése es Joachim Löw.

Ningún técnico ganó tantos partidos con Alemania como Löw y nadie lo hizo con un promedio semejante. Tras once años en el cargo, el seleccionador alcanzó el domingo los 100 triunfos en la «Mannschaft» con la victoria por 3-1 ante Camerún en la Copa Confederaciones. Y lo hizo en apenas 150 partidos para un espectacular promedio de dos victorias cada tres encuentros.

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Habituado al bajo perfil, Löw se mostró inusualmente efusivo tras el triunfo ante Camerún en Sochi. No solo por la clasificación con su joven equipo a las semifinales de la Copa Confederaciones, donde se medirá a México el jueves, sino también por un récord que lo afirma en la historia grande del deporte alemán. Y al parecer más allá también, porque según algunos estadísticos del fútbol no hay ningún entrenador que haya llegado a semejante cifra dirigiendo a una misma selección.

«Normalmente las estadísticas son secundarias, pero lograr 100 triunfos es algo muy bonito. Habla de un largo tiempo y muchos buenos momentos», destacó. «Si miras once años atrás y comparas la situación con la que tenemos hoy debo decir que podemos estar contentos», dijo Löw, que asumió el cargo en 2006 tras haber sido asistente de Jürgen Klinsmann.

A su regreso al hotel tras el encuentro en Sochi, Löw fue sorprendido por una ovación de pie de empleados, hinchas y periodistas. Y el entrenador respondió primero con una sonrisa y el pulgar hacia arriba antes de golpearse el pecho y chocar las manos con la gente.

Motivos para estar orgulloso no le faltan al hombre nacido hace 57 años en la Selva Negra alemana, quien fue un gran goleador del Freiburg en la década del 80′ pero que sobre todo se hizo famoso mundialmente por su trabajo con Alemania.

Junto a Klinsmann es considerado el refundador de la Alemania moderna y el impulsor de la notable transformación del estilo de juego del equipo hacia un fútbol de toque y posesión. Sin embargo, el que fuera el ignoto asesor de «Klinsi» ya ha superado con creces a su mentor, que registró apenas 20 triunfos en su breve etapa con Alemania.

Por debajo de los 100 triunfos de Löw quedan también las 94 victorias de Sepp Herberger, las 87 de Helmut Schön o las 66 de Berti Vogts. Todos ellos, además, con un promedio de triunfos mucho más bajo.

Antes de ganar, sin embargo, Löw tuvo que saber perder. Un tercer puesto en el Mundial del 2010, un subcampeonato en la Eurocopa de 2008 y una semifinal en el campeonato europeo de 2012, siempre por detrás de España, hicieron dudar sobre la capacidad de su Alemania de llegar a lo más alto.

«Tuvimos también decepciones y situaciones que no fueron bonitas», repasó Löw sus once años. Pero la directiva de la Federación Alemana (DFB) no dudó en sostenerlo, algo que recomendó a los propios rusos hacer con su amigo Stanislav Cherchesov al frente de la «Sbornaja».

A la hora de los agradecimientos, Löw mencionó especialmente a su mánager Oliver Bierhoff, al entrenador de arqueros Andy Köpke, al ojeador Urs Siegenthaler y al asistente Hansi Flick. «El equipo detrás del equipo», según su definición. Y obviamente a los jugadores, tanto los históricos como los que están actualmente en Rusia. «Sin su pasión, compromiso y actitud no hubiéramos podido lograr tantas victorias», señaló.

Bajo su mando, Alemania suma además una racha de 13 encuentros sin derrota, de los cuales ganó diez. La última derrota de Löw fue hace más de once meses, cuando perdió en las semifinales de la Eurocopa ante Francia.

En la Copa Confederaciones de Rusia, su «experimental» equipo no llegó entre los favoritos, pero tras superar las dudas y el escepticismo se metió con autoridad en las semifinales y ahora aspira a seguir engrosando la estadística. Porque más allá de la juventud de su plantel, Alemania sigue siendo Alemania. Y sigue teniendo a Löw, el padre de una revolución permanente.

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