Aguantaron con corazón, esfuerzo y buen rugby el partido siempre igualado contra la todopoderosa Sudáfrica. Tuvieron hasta dos oportunidades en el último minuto para patear a palos, sumar tres puntos y conformarse con el empate. No quisieron. Y Japón obtuvo así un histórico triunfo.
Ya superado el tiempo reglamentario, en la última jugada del partido en Brigthon, un ensayo de Karne Hesketh pegado a la esquina puso el marcador final en un increíble 34-32 a favor de las japoneses, su segundo triunfo en la historia de los Mundiales de Rugby tras el que probablemente ha sido uno de los mejores partidos -y mayores sorpresas- de siempre. Un try para la historia.