La fidelidad no está de moda en estos tiempos. El éxito de La Isla de las Tentaciones, sucesora de la rompedora Confianza Ciega, es prueba de ello. El deporte, como reflejo de la sociedad, tampoco se escapa al mundo de los escarceos, traiciones y falta de compromiso.
Al término de la primera vuelta de competición, un equipo que se encuentre en la zona baja de la tabla ya empieza a vislumbrar que algo va a tener que cambiar más pronto que tarde para no pasar apuros allá por mayo. No digamos ya si ese equipo ocupa puestos de descenso. En ese caso, el entrenador tiene más que ensayada la conversación con su pareja: “Cariño, tenemos que hacer las maletas”.
En la primera vuelta de Liga, ya ha habido cuatro cambios de entrenador: Celta, Athletic, Huesca y Alavés decidieron poner a otro capitán al frente de su barco. Y hay otros equipos que llevan semanas coqueteando con el descenso y, por tanto, con un posible relevo en el banquillo. Pero hay un equipo cuyo entrenador puede estar tranquilo respecto a la estabilidad de su empleo.
Osasuna, fiel a los suyos
El 24 de octubre de 2020, día de su centenario, Osasuna ganó 1-0 al Athletic en el que, por todo el simbolismo que encerraba, era uno de los partidos más importantes de la temporada. A partir de ahí, el rumbo del equipo viró hacia la incertidumbre. Fueron cayendo puestos en la clasificación y tuvieron que pasar 13 jornadas hasta que el conjunto rojillo volvió a lograr una victoria, gracias a ese 3-1 frente al Granada en el comienzo de la segunda vuelta.
Pese a la deriva en la que se encontraba la nave rojilla, desde las altas esferas del club no tuvieron reparos en asegurar la continuidad de Jagoba Arrasate. El director deportivo de Osasuna, Braulio Vázquez, lo dejó claro a comienzos de enero: «Este barco llegará a puerto o no, pero con el mismo capitán hasta el final, confiamos a muerte en Jagoba y su cuerpo técnico. Ya lo dijimos el presidente y yo hace tres semanas y lo volvemos a decir. Este club ha salido de situaciones mucho peores y más dramáticas. Vamos todos juntos y no vamos a bajar los brazos».
Osasuna ocupaba la penúltima posición, pero el club ratificaba su confianza en el entrenador. Y la palabra navarra sí entiende de fidelidad y compromiso. Arrasate fue el entrenador que logró el último ascenso a Primera, el que mantuvo al equipo la temporada pasada y, sobre todo, la persona que unió al osasunismo, en un vínculo equipo-afición que recuerda al de antaño. Es por eso que es muy difícil encontrar aficionados que reclamen un relevo en el banquillo. Todos con Jagoba hasta el final.
Es cierto que esta fidelidad está basada en hechos. Osasuna no ocupa una posición halagüeña en la clasificación, pero el equipo transmite mejores sensaciones de las que refleja la tabla. Hay un bloque consistente y experimentado, aunque dos principales problemas han complicado el rumbo esta temporada: las lesiones y las polémicas arbitrales.
Osasuna ha tenido, desde siempre, la fama de ser el equipo más perjudicado por los árbitros en la historia de la competición. Y el VAR no ha acabado de aplicar esa ansiada justicia. Pocos son los partidos que Osasuna ha jugado esta temporada que hayan estado exentos de polémica.
Por otra parte, las continuas lesiones que ha sufrido la plantilla han impedido que se consolidara un once fijo cada jornada. A la segunda rotura de cruzado del Chimy Ávila se han unido estos meses las lesiones de Lucas Torró, Aridane, Calleri, Rubén Martínez, Jony, Darko Brasanac, Adrián, Budimir o Roncaglia. Algunos de ellos, reincidentes. Osasuna cuenta con recursos variados, pero necesita de cierta estabilidad para hacerse fuerte.
Quizás esas probaturas y cambios de sistema de una jornada a otra han lastrado la concentración del equipo. Frente a Valladolid, Elche, Real Sociedad y Granada, nada más salir tras el descanso, Osasuna encajó un tanto. Una falta de concentración impropia de un conjunto al que, históricamente, le ha costado hacer gol y que confía en su seria defensa la base para sacar puntos en cada partido.
Sea como fuere, los navarros han empezado la segunda vuelta fuera del descenso y, si una cosa está clara, es que el entrenador que Osasuna tendrá al término de esta temporada tiene nombre y apellido conocidos: Jagoba Arrasate.
Imagen de cabecera: David Ramos/Getty Images