Ivan Ljubicic y la importancia de escuchar

Roger Federer escaló al
número uno mundial, por cuarta vez en su carrera,en el pasado torneo de
Rotterdam. El helvético, a sus casi 37 años, vive una tercera juventud. No
piensa en estadísticas ni mucho menos en la retirada, por el momento. ¿Cabe la
posibilidad de que Federer sea entrenador algún día?

La respuesta a esta pregunta
solo el futuro la sabe pero lo cierto es que son muchos los tenistas que
contratan a ex jugadores para que formen parte de sus filas cuando aún siguen
en activo. Pero, ¿qué diferencias encuentra un profesional cuando, tras el
retiro, ejerce de entrenador de otro aún en el circuito? Ivan Ljubicic, técnico
de Roger Federer desde la temporada 2015, ha hablado en una reciente charla con
la ATP sobre ello. Él colgó la raqueta, como jugador, en 2012.

Y es que desde su llegada
al staff del helvético, Ljubicic ha sido figura clave en la reinvención del
suizo, especialmente, con el revés, faceta que ya venía trabajando Roger desde
su anterior etapa junto al sueco Stefan Edberg. El croata, que antes de
Federer, entrenó al canadiense Milos Raonic, asegura que “lo más importante es
entender a un jugador. Escuchar al principio pero luego escuchar en general
para entender y, finalmente, ayudarle”.

Desde luego, la paciencia
es una de las claves que todo entrenador debe tener con su pupilo. Federer es
un hombre que, pese a su continua exposición mediática, mantiene la
tranquilidad y Ljubicic es un buen seguro para que eso continúe siendo igual.

“Si estás entrenando a un
jugador, él tiene sus propios patrones e ideas; sus propias opiniones sobre
muchas cosas, y tienes que elegir tus peleas sobre lo que crees que tendrá el
mayor impacto en un juego o en el resultado. La mayor diferencia entre entrenar
y jugar es que el jugador es el jefe. El jugador tiene que ser mentalmente
fuerte, un líder, porque en la pista toma las decisiones. Como entrenador debes
dejar de lado tu ego y asegurarte de hacer todo lo que el jugador necesita para
competir mejor y ser una mejor persona”.

El croata tiene las cosas
claras y salta a la vista que el camino de la mano del número uno mundial está
yendo viento en popa a toda vela con nueve títulos en once finales, incluidos
tres Grand Slams y tres torneos Masters 1000 desde su alianza.

Pero Ljubicic confesó que
él aprendió de Paul Annacone, entrenador del de Basilea, en 2012, cuando aún estaba
en activo. “Recuerdo haber hablado con Paul y preguntarle ‘¿Qué se siente al
entrenar?’ Tenía curiosidad y me dijo que lo más importante era escuchar”.

Escuchar para educar al
jugador. Permitirle expresarse y estar al tanto de cualquier detalle en el día
a día para ayudarle a cumplir sus metas. Esa parece ser la fórmula que da
frutos. A Toni Nadal le preguntaron una vez eso de ‘¿cómo se educa a un deportista de élite?’ y respondió: “Con la misma normalidad con la que se educa a un
niño cualquiera, pero adecuada al objetivo que te marcas”.